Imagen Juan María García Campal

Del hombre, de Klaus, de Maca

15/12/2021
 Actualizado a 15/12/2021
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Del hombre: recuerdo que al primer autor al que le leí que el hombre es el único animal que tortura, fue a Rafael Argullol, escritor por el que siento un gusto especial. Aunque, a esta hora en que escribo, hasta mi mejor memoria duda si fue en ‘El cazador de instantes’ (Ediciones Destino, 1996) –por el que sin total seguridad me inclino– o en ‘Poema’ (Acantilado, 2017). Igualmente, no recuerdo con exactitud si como también le leí al gran José Saramago en una entrevista de 2006, Argullol especificaba «a sus semejantes». Y aclaro que califico a Saramago de grande, no solo por su obra, obvia, sino también porque de él aprendí (ah Fundación Caballero Bonald) el concepto de «comunista hormonal» que, luego, desarrolló en sus conversaciones con Jorge Halperín (Le Monde diplomatique, 2002).

Sí, fue con las palabras de estos autores como pasé a reparar en tan perversísima exclusividad del ser humano. Sí sabía, como ahora sé, de personas torturadas por otros semejantes, pero nunca me había parado a pensar, a comparar tal comportamiento con el de otras especies animales hasta concluir que, repito, la tortura es de nuestra perversísima exclusividad. Exclusividad que llevó a Saramago a también afirmar que «no nos merecemos mucho respeto como especie». Ejemplos sobran y duelen.

De Klaus: así, sabiéndonos capaces de torturar a otra persona física y psicológicamente, cómo extrañarme –aún mi profundo disgusto y condena moral–, ay doloroso ejemplo, de las torturas infligidas a Klaus, el mastín que «apareció sobre la nieve en Villaquilambre, apaleado y ensangrentado, con múltiples contusiones, roturas y un cuerpo repleto en su interior de perdigones» (inmensa gratitud al Hospital Veterinario de Ferral del Bernesga). Cómo de las torturas aplicadas a otras especies tenidas por inferiores, no insensibles, por su falta de racionalidad e incluso alguna tenida por Bien de Interés Cultural de carácter inmaterial. ¿Inmaterial un toro? Cómo del maltrato animal que cada año se da a galgos y otros perros de caza, a… No, «no nos merecemos mucho respeto como especie».

De Maca: obviamente no me refiero a la maca, planta herbácea de propiedades medicinales, parece, para la memoria, sino a Maca Puentes, secretaria de Comunicación del PP de Madrid, autora y borradora del ‘tuit’ en que tildaba de «cumbre comunista» la audiencia papal a la Vicepresidenta segunda del Gobierno. Obvio, Maca no toma maca. Mas así es la derecha española: desmedida, cuando no extrema.

Descansa en paz eterna, Verónica Forqué. Y, a ustedes, ¡salud!
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