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Del Corredor Atlántico y otras oportunidades

15/03/2019
 Actualizado a 13/09/2019
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Mirando el mapa de Europa, la Península Ibérica se encuentra, verdaderamente, a trasmano en lo que es La Comunidad Económica.

Y el noroeste, ni que decir. Un buen trozo fuera de juego. Quien nos lo iba a decir si se tiene en cuenta que ese trozo fue básico en las relaciones, sobre todo con aquellas Américas que tantos gallegos, asturianos y leoneses se fueron a hacer. Con bastante éxito, por cierto.

Pero los tiempos han cambiado y Europa es ahora más importante. Y de ahí estamos descolgados, a pesar de que el 50% de los portes por vía marítima con ella se hagan por la costa cantábrica.

Y en ese noroeste estamos nosotros en una posición privilegiada y poco explotada.

Hasta hace unos años, los ochenta en realidad, el enclave de esta provincia, hacía que, para esta casi cuarta parte del territorio español, aquí tuvieran su sitio las cabeceras de Renfe, Telefónica, la Guardia Civil o la sede del Colegio Oficial de Arquitectos de León, Asturias y Galicia, pues las tres regiones formábamos un único grupo.

Aquí estaba el centro neurálgico de los arquitectos por ser el sitio natural de comunicación para todos, y nuestras relaciones eran tan excelente que, aun separándonos para formar los Colegios Profesionales regionales, montamos una federación (o algo así), para seguir coordinando nuestras actividades.

Pero bueno, si es que hasta los romanos, y mira que ha llovido y mira que eran lógicos, instalaron aquí la Legio VII, el único cuartel militar fijo de toda Iberia, precisamente para controlar todo el noroeste.

¿Y qué era el reino de León?

Así que, esto del Corredor Atlántico, además de lógico (no solamente existe el Mediterráneo), es para nosotros esencial, y nosotros podemos ser una pieza básica en él por lo que de situación geográfica privilegiada para la logística tenemos.

Y estamos tardando, porque, además, y eso es cierto, ya lo comenté en varios escritos, las relaciones entre nosotros son naturales.

Quizás como antecedente, hace unos años una entidad bancaria de nivel nacional organizó un foro con los consejeros de fomento de las tres comunidades, consejeros entre los que se encontraba nuestro actual alcalde. Me invitaron y asistí.

A poco de iniciarse el encuentro, alguien comentó, de pasada, que en Orense se había reasfaltado y mejorado una carretera secundaria hasta el límite con la provincia de León y, ¡oh milagro!, resulta que sin intención alguna, por casualidad, en León se había hecho lo mismo en la misma carretera, de modo y manera, que, sin querer, se había coincidido en tiempo y lugar en una misma obra. Y de ello se dieron cuenta cuando coincidieron en la unión. Pues vaya.

Y eso sin coordinarse para nada. ¡Qué no podía haberse hecho coordinándolo!

A decir verdad, y siendo evidentes los lazos, contactos, concurrencias y afinidades de los presentes, a pesar de todas las buenas intenciones, nada salió concreto de allí. Bueno sí, que teníamos, de una manera u otra un buen montón de intereses comunes compartidos.

Reconozco que a mí me pareció lógico que, en aquél momento al menos, se formara un grupo de trabajo inter consejerías o algo así. Incluso a punto estuve de levantarme y proponerlo pero, la verdad, de tapadillo estaba allí y, mea culpa, no lo hice. Y nada se hizo. Buenas intenciones y mejores palabras… y hasta la siguiente.

Y llegamos ahora.

No los tres consejeros, si no los tres presidentes, se han reunido para reclamar el Corredor Atlántico.

¿Se quedará todo en esto, en pedirlo y luego cada uno a su autonomía, tal como sucedió, hace años, en aquella reunión de consejeros?

Este es un tren, y nunca mejor dicho, que no se puede dejar pasar. El noroeste también existe.

Y aquí, lo he escrito varias veces, tenemos un valor geográfico estratégico que nadie nos puede quitar y que es lo que, visto lo visto, hemos de explotar.

Estamos en el interior, no tenemos costa, pero somos la clave para distribuir mercancías entre esas costas y el resto de España.

La línea auxiliar con el Polígono de Villadangos, la conexión con Galicia por Ponferrada y el Ave con Asturias, ¡YA!

Pasadas glorias tuvimos en los sesenta ¿Vamos a renunciar a lo poco que nos va quedando? ¿Vamos a ir a la cola de lo que muevan los demás?

Y aún más. ¿Vamos a hacer lo de siempre, un arreón y luego irnos a sestear hasta el próximo empujón dentro de un año? Y ojalá solamente sea un año.
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