Dejen en paz la educación especial

Miles de familias viven angustiadas desde hace meses por el futuro incierto de los centros de educación especial con la llegada de la reforma educativa de Celaá

Sofía Morán
15/11/2020
 Actualizado a 15/11/2020
a-debate-151120.jpg
a-debate-151120.jpg
El vídeo de Nacho defendiendo la educación especial tiene ya más de 5 millones de reproducciones en su cuenta de Instagram. Su nombre completo es Ignacio Santías Palacios y tiene 19 años. Tiene parálisis cerebral y estudia en el colegio de educación especial Bobath de Mirasierra. Nacho sabe bien de lo que habla, y quizá por eso, esta semana se ha convertido, sin pretenderlo, en la voz de miles de familias que desde hace meses viven angustiadas por el futuro incierto de los centros de educación especial con la llegada de la reforma educativa de Celaá.

Que sí, que ya sabemos que el texto no habla directamente de cierre, ni falta que le hace, lo que asegura es que el gobierno «desarrollará un plan para que en el plazo de diez años», los centros ordinarios «cuenten con los recursos necesarios para poder atender en las mejores condiciones al alumnado con discapacidad». Dejando los centros de educación especial sólo para quien precise de una atención «muy especializada». El plan consiste entonces en vaciarlos de niños y de recursos, sólo manteniendo algunos de ellos para los casos más extremos. Todo ello en nombre de la educación inclusiva, faltaría más.

Y es que dan ganas de descojonarse si la cosa no fuera en realidad como para echarse a llorar. Y me pregunto si esto es un error, o sencillamente una broma. Pero sobre todo me pregunto si de verdad alguien puede creerse esto. Porque hablamos de un sistema educativo ordinario que apenas dispone de los recursos necesarios para sacar adelante a los alumnos que ya tiene, con un dato de abandono escolar que dobla el de la media europea. Un sistema educativo ordinario que no es capaz de evaluar y trabajar de forma efectiva con alumnos que presentan dificultades en el aprendizaje, niños con TEA, con trastornos específicos del lenguaje, con dislexia o TDAH. ¿Y nos hablan de asumir la atención de alumnos con necesidades especiales infinitamente más importantes, complejas y permanentes? ¡Anda que estamos apañados!

La realidad es la que es, nos la pinten del color que nos la pinten, y la aprobación de la nueva LOMLOE llegará con la carencia de recursos habitual, porque por mucho que busquen, junto a la intención de convertir colegios ordinarios en inclusivos, no van a encontrar la memoria económica necesaria para dar salida a las medidas propuestas.
Y es que para que esto pudiera funcionar de alguna forma, harían falta muchas cosas, pero sobre todo haría falta una cantidad ingente de dinero, una inversión casi faraónica. Un dinero que, seamos serios, no se van a gastar. Las minorías en este país, nunca han sido una prioridad. Y la educación tampoco.

Allá por el mes de junio, en plena desescalada y cuando ya hablábamos con soltura de esa «nueva normalidad», teníamos claro cómo se iban a organizar las playas y las terrazas, pero nadie sabía cuál era el plan para nuestro sistema educativo. Poco sabíamos en septiembre, cuando teníamos encima la vuelta al cole.

El problema es que hacía falta inversión, tras 6 meses de parón y en medio de una pandemia mundial. Bajar drásticamente las ratios y contratar a profesores si queríamos una vuelta más segura, y en muchos centros lo que han tenido son termómetros digitales y mucho gel hidroalcohólico. Esa, y no otra, es la prioridad de la educación en este país. Dejen ya de contarnos películas.

Hay mucha gente que critica la educación especial y que juzga duramente a aquellos padres y madres que la escogen para sus hijos, pero que insólitamente no han pisado uno de sus centros jamás. ¿Qué tal si escuchamos a Nacho, y a todos los niños y jóvenes implicados en este tipo de escolarización?

Es evidente que hay que seguir apostando por una inclusión real en los centros ordinarios para todos aquellos niños que pueden beneficiarse de ello, pero lo que sirve para unos, a veces no sirve para todos. Como dice Nacho en su vídeo de Instagram: «los políticos se han pensado que pueden meter a todas las discapacidades en el mismo saco y eso no es así».  

Yo apuesto también por la educación especial, y apuesto sobre todo por el derecho de los padres a elegir la educación de sus hijos.

Sofía Morán de Paz (@SofiaMP80) es licenciada en Psicología y madre en apuros
Archivado en
Lo más leído