Dejen a los que saben

07/02/2020
 Actualizado a 07/02/2020
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Esta semana el españolito de bien ha añadido un par de profesiones más a su amplísimo currículum. Además de entrenador de fútbol, economista, periodista, albañil y policía le ha sumado el de piloto de avión y doctor.

En cuanto a lo segundo, basta con pasarse por una consulta médica un día de estos y preguntarle al doctor de cabecera por qué no ha podido encontrar cita hasta 10 días después de solicitarla. «Es que viene la gente tose un poco, te cuenta que fue al ‘chino’ a comprar una fregona y dos ganchos para el baño y ya se piensa que tiene el coronavirus». El «están locos» lo quitaremos de las comillas y se lo otorgaremos al autor, que asume sin problemas la valoración del paciente.

Porque el lunes, mientras un avión de Air Canada daba vueltas por Madrid y alrededores esperando a quemar el combustible suficiente como para ser capaz de aterrizar en el asfalto de la pista más larga del aeropuerto de Barajas, millones de ciudadanos opinaban – seguramente instigados por tertulianos ignorantes – sobre cómo, cuándo y por qué iba a producirse la tragedia aéreaque sin desearlo, todos ellos esperaban. (Spoiler: no pasó nada).

Todos tenemos vicios raros y uno de los míos es escuchar emisiones de torres de control de tráfico aéreo, no me juzguen. Quizás hacerlo me haya dado otra perspectiva sobre la cantidad de casualidades que se tienen que dar para que se complique un vuelo y que lo que ocurrió en Madrid es mucho más habitual y menos dramático de lo que se cree la gente. Porque sí, las ruedas de los aviones se pinchan, se salen, explotan, salen rebotadas contra los motores y aún así, habrá otras tantas funcionando correctamente.

Pero sobre todo, si en alguna ocasión se ven en una de esas, pongánse toda la secuencia de las comunicaciones entre la torre de control de Barajas y los pilotos del avión de Air Canada. Tranquilidad, profesionalidad y hasta algún chascarrillo tras la confianza creada después de estar cuatro horas en contacto dando vueltas en algún lugar de la Mancha.

Dejen a los que saben hacer lo suyo y esa será la mejor forma de que todo vaya bien.
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