Deberes escolares en la cuarentena

Parece evidente que pretender seguir en casa con el ritmo normal de clases para no parar el curso escolar es ridículo y poco realista

Sofía Morán
19/04/2020
 Actualizado a 19/04/2020
deberes-a-debate-1942020.jpg
deberes-a-debate-1942020.jpg
Escribía hace unos días Julio Llamazares sobre lo inexplicable que resulta que «viviendo en un país con 46 millones de expertos en pandemias, hayamos llegado a esta situación. En un país en el que todo el mundo sabía lo que se nos avecinaba con días y hasta semanas de antelación, no se comprende que nadie advirtiera a las autoridades sanitarias para que tomaran las medidas oportunas para protegernos».

Y es que, tras 37 días de confinamiento y la borrachera de información que llevamos encima, ya nos sentimos plenamente preparados para convalidar varias asignaturas de investigación médica, e incluso estudios superiores en epidemiología, en función de lo aplicados que hayamos sido estos días.

Nosotros mucho. Aquí hacemos ‘lluvia de ideas’ varios días a la semana, y solucionamos los problemas de esta crisis mientras nos tomamos un café con leche, nada se nos pone por delante, ni la virología, ni las medidas económicas, ni la gestión de los test. Mucho menos la manera en que se debería realizar la desescalada del confinamiento, que aquí la tenemos ya ‘clarisísima’. Somos el comité de expertos del barrio, qué quieren que les diga. Pero si hay un tema estrella, uno sobre el que todos tenemos una opinión experta y plenamente autorizada, especialmente si somos padres, es el de la gestión de la educación en tiempos de confinamiento.

Basta con echar un vistazo a las redes sociales para ver cómo está la cosa, el aprobado general, las clases voluntarias en el mes de julio, las clases online y los deberes, ¡ay los deberes! Las quejas por la gran cantidad de deberes inundan las redes sociales, los grupos de Whatsapp de madres, foros, blogs… Y es que es cierto que muchos padres y madres se ven sobrepasados por tener que compaginar teletrabajo y tareas escolares durante la cuarentena. Parece evidente que pretender seguir en casa con el ritmo normal de clases para no parar el curso escolar es ridículo y poco realista. Es no tener en cuenta que cada familia tiene una realidad diferente. No sólo por la brecha digital y las carencias tecnológicas en muchos hogares, también por las dificultades añadidas en las zonas rurales, o la falta de herramientas y habilidades pedagógicas, o de tiempo, para acompañar a los niños en este proceso educativo. Es no tener en cuenta el aislamiento, la incertidumbre, en algunos casos la pérdida de familiares, y todo ello dentro de una crisis sanitaria que ha paralizado el país.

El problema es que muchas veces el debate deja de ser este, y se vuelve más bien una crítica constante e indiscriminada, porque si mandan muchos deberes son unos desubicados que no entienden la situación, pero si no los mandan, entonces son unos vagos que no hacen su trabajo, porque ¡cómo viven los maestros! Y si se pasan con las clases online, las tutorías por Skype, o los vídeos en Youtube, malo; pero resulta que, si apenas utilizan los medios digitales, entonces son unos dinosaurios.

Parece que también a nosotros se nos olvida que estamos viviendo una situación absolutamente excepcional, algo por lo que nunca habíamos pasado, ni unos, ni otros. Los docentes han tenido que cambiar, en poco más de 24 horas, el modo de enseñar, la forma de organizar sus clases y de mostrar sus contenidos, de atender las dudas y las necesidades de los alumnos. Hemos pasado de la enseñanza presencial a la enseñanza ‘online’ de un día para otro, de forma precipitada y sin precedentes a los que agarrarse.

Pero nosotros seguimos pensando que en realidad ya están de vacaciones.

Es posible que esta tremenda cuarentena que nos ha empujado a una intensidad familiar poco conocida, nos enseñe a valorar de una vez por todas el trabajo de nuestros maestros. Yo les aseguro que tras escasos 30 minutos de trabajar con mi pequeño Dimas el trazo de las vocales, los números, o el inicio a la lectura, ya tengo unas ganas locas de aplaudir con fuerza a sus profesoras, quienes pasan 8 horas al día con él, quienes aguantan, orientan, enseñan, calman, consuelan… y que además son un claro referente para él.

Sofía Morán de Paz (@SofiaMP80) es licenciada en Psicología y madre en apuros
Lo más leído