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Debates y transfuguismo

21/05/2019
 Actualizado a 19/09/2019
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Los temas importantes de la política nacional son la educación, la unidad territorial, la sanidad, la emigración y el bienestar social. No necesariamente debe ser por este orden, pero más o menos así es la vida de un ciudadano y sus preocupaciones.

La seguridad nacional y la interna la damos por entendida porque sin eso todo lo demás es imposible que se realice pese a los cantos de sirena que algunosvisionarios predican para que, una vez desarmada la convivencia, instalen ellos su particular chiringuito autoritario.

Hemos asistido en estos días a los debates políticos que no nos han aclarado nada excepto la ambición por ocupar el sillón, el palacio, los fastos y las prebendas que supone el cargo y todo lo que lleva consigo.

Nadie explicitó nada concreto sobre la gran necesidad que tenemos de un sistema educativo renovado, moderno y eficiente. Un sistema de pensiones seguro y una sanidad sin problemas.

El gran problema independentista se solucionará con el diálogo, diálogo y más diálogo con aquellos que insultan, conculcan los derechos constitucionales y se ríen de la justicia, afrentan las instituciones y ponen el grito en el cielo cuando reciben medidas recíprocas. Y así ha quedado sin concretar lo que va a realizar el poder monclovita mientras que los que desean romper España rearman sus métodos con el dinero de todos insultan y menoscaban el prestigio de la nación.

El efecto llamada de la emigración sigue sin resolverse porque no existe un efectivo ordenamiento y sí una actitud irresponsable de muchos que dejan actuar a las mafias de esta trata humana que avergüenza a todos, además de ver cómo las ayudas quedan en manos de organizaciones ajenas a la maquinaria estatal y se incrementa el desarraigo.

La economía parece de cuento de hadas ocultando los efectos las crisis que se ciernen sobre el ciudadano, abriendo la espita de los dineros públicos para aparecer como los conseguidores y hurtando la explicación al pueblo de la situación real en que se encuentran las arcas del estado que sangra con un déficit brutal, ya que el verdadero cordón sanitario se lo están haciendo al contribuyente que se asfixia ante tanto desatino impositivo con carácter confiscatorio.

Interesan otros temas como la eutanasia, feminismo, machismo, animalismo. No estamos ni siquiera insinuando que se dejen de lado pero sí afirmamos que sin contemplar losgrandes temas es imposible que una nación llegue a tomar los derroteros de seriedad, eficiencia y prestigio.

Desde siempre España se debate en una maraña de propuestas que nunca conducen a nada por la aparición de los intereses partidarios y los enfrentamientos de grupos ideológicos interesados que nos han conducido al enfrentamiento y a la desidia.

Los debates se quedan en eso, parafernalia televisiva, circo de los asesores, telegenia, engaño y poca efectividad. Más o menos como los programas políticos que están para no cumplirse mientras el pueblo se debate entre el salario adecuado, el trabajo diario, los problemas familiares, la preocupación para conseguir un buen fin de semana, una escapada a las islas vírgenes, el pago de la hipoteca y la contemplación de los espectáculos que nos sirven las televisiones de la publicidad y la corrala.

Se nos olvidaba, también están los oportunistas que van ofreciendo sus informaciones a otros partidos, se cambian de sede, se vengan de sus jefecitos porque no les mantienen en la mamandurria y temen «trabajar» de verdad. Y esto es moneda diaria, algunos con publicidad interesada y otros a la chita callando.

De verdad creemos que España necesita reflexión, sensatez y serenidad, además de mostrar más acierto en la elección de sus representantes porque los retos son importantes, graves y serios para dejarlos en manos de aficionados de la gestión y de arribistas sin moral.
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