Debate del jurado, jurado del debate

La sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León que contradice el fallo del jurado en el caso de Roberto Larralde vuelve a poner de manifiesto la necesidad de hacer una profunda reflexión sobre si deben ser profesionales quienes impartan justicia

Los casos más mediáticos que ha acogido en últimos años la Audiciencia Provincial dejan en entredicho el papel del jurado popular
11/10/2017
 Actualizado a 19/09/2019
El amago de declaración de independencia de Cataluña que ayer hizo Carles Puigdemont, y que hoy ocupa una gran cantidad de páginas en éste y en todos los periódicos, no debe restar importancia a algunos de los temas más cercanos que afectan de una forma más directa a los leoneses. Ayer, en esta provincia, y con permiso de la Generalitat, el protagonismo informativo se lo llevaron los tribunales, por dos motivos. De un lado, una sentencia inesperada que llegó desde el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, por la que se absuelve de los delitos por los que fueron condenados por la Audiencia a dos de los implicados en el crimen de Roberto Larralde. Con los argumentos legales encima de la mesa, con la argumentación debida y la aplicación de las correspondientes leyes, lo que llama poderosamente la atención es, de nuevo, el papel que en un juicio de estas características juega el jurado popular. En los casos más mediáticos que ha acogido la Audiencia Provincial ha quedado de manifiesto que este sistema de impartir justicia es, cuando menos, cuestionable: en el del crimen de Isabel Carrasco, fue el propio presidente del tribunal el que corrigió al jurado, y en éste lo ha hecho el TSJ. Una profunda reflexión sobre la necesidad o no de que sean los profesionales quienes juzguen los casos más complejos se hace más que necesaria.
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