De sumas y sartenes

Tirando del refranero nacional que tantas metáforas nos ofrece, se da por sentado que quien tiene la sartén por el mango será el ganador del enfrentamiento, porque no se quemará al agarrar el utensilio de cocina mientras el otro corre el riesgo de chamuscarse o de estar a merced del que controla la empuñadura.

Me viene que ni pintada esta moraleja del saber popular para hablar del acuerdo en la Junta de Castilla y León que PP y Vox alcanzaron esta semana y que las dos formaciones condenadas a entenderse desde hace tiempo por mucho que se lanzaran pequeñas flechas en campaña han defendido como una «cesión por ambas partes». Aunque es probable que el partido de Mañueco haya sido el que más ha cedido en las negociaciones, hasta asumir casi en su totalidad las exigencias de los de Abascal, pero el tener la sartén por el mango tiene sus ventajas.

Entre los once ejes de gobierno y la treintena de acciones que son el contrato de PP y Vox para los próximos cuatro años hay alguna medida que forma parte del relleno, pero lo que sí me parece bastante claro es que ojalá un contrato así para gobernar España. Y más pronto que tarde, si es que aún nos queda margen de maniobra para cambiar el rumbo de este barco que va hacia el naufragio.

De momento el plan del ‘nuevo PP’ va saliendo: el PP va hacia su sitio y le deja la derecha a Vox, pero el resultado es que la suma, suma. Y si a nivel nacional la suma lleva a Moncloa, pues bienvenidas sean las matemáticas que, al fin y al cabo, responden al mandato de las urnas y constituyen un apoyo sólido frente a la anterior mayoría inestable, sometida al riesgo constante de la dirección del viento que mueve las veletas cuando uno menos se lo espera.

Parece que ahora el PP tiene que pedir perdón por gobernar con Vox, y si le pregunta a la izquierda le dirá que tendrá que pedirlo cada vez que tome medidas para reducir impuestos y recortar el gasto público, apoyar a las familias, comprometerse con el mundo rural, luchar contra la inmigración ilegal y la ocupación de viviendas, defender el patrimonio, soberanía energética, invertir en sanidad, crear empleo o imponer un modelo educativo basado en el esfuerzo…