De sostén a goleador de larga distancia

Desde su llegada a la Ponferradina en el verano de 2018, Óscar Sielva ha sido un pilar para Jon Pérez Bolo, que le ha tenido como uno de sus indiscutibles siempre que ha estado disponible.

Fue el jugador que más minutos disputó en el año del ascenso y el segundo con más participación la campaña pasada en Segunda, aportando equilibrio al centro del campo y siendo fundamental con una labor a veces oscura pero imprescindible para los buenos resultados de los bercianos.

Sin embargo, esta temporada el catalán se ha destapado. De sostén a goleador de larga distancia ha pasado Óscar Sielva, que sigue siendo vital en esas tareas que siempre ha realizado pero además también vive la mejor campaña de cara a la portería rival de toda su carrera, sumando ya cinco tantos que le convierten en el máximo artillero de la Deportiva y en el undécimo de toda la Segunda División, donde todos los jugadores que están por encima son delanteros (Raúl de Tomás, Durdevic, Rubén Castro, Sadiq, Corpas, Antoñín y Abdón Prats) o extremos (Elady Zorrilla, Dani Rodríguez y Narváez).

Es el máximo goleador de la Deportiva y el 11 de Segunda, donde sólo tiene por encima delanteros y extremos En una temporada que empezó con muchas dudas sobre su futuro en El Bierzo, pues en las semanas previas al cierre del mercado los rumores apuntaban a que el Girona podía pagar su cláusula, un Sielva que tiene contrato en Ponferrada hasta 2022 lleva ya la mitad de los tantos que había logrado sumadas las seis campañas anteriores, todas las jugadas desde que dio el salto a Segunda B en 2014.

Sielva, que ya había debutado en la categoría de Bronce con 18 años pero luego pasó tres temporadas en Tercera entre el filial del Español y el del Málaga, marcó antes de llegar al Bierzo un gol con el Olot, otro con el Marbella, ninguno con el Somozas y cinco con el Rápido de Bouzas, en una mejor marca que ya ha igualado en este 2021 con 20 jornadas aún por delante.

¿En la Ponferradina? El año pasado no había marcado, mientras que en el de su debut había hecho una diana en liga (en un triunfo en El Toralín ante el Real Madrid B) y dos en ‘playoff’ (en Cornellá y en casa ante el Hércules).

Llevaba 3 goles en sus 2 años en Ponferrada. 3 de los 5 de este son de falta, los otros de zapatazos sin parar el balón Sin embargo, ahora ha destapado el tarro de las esencias. Cinco goles lleva, todos logrados en tiros lejanos (el de Málaga es el primero que no era fuera del área y disparó casi en el borde), en partidos que en ese momento estaban empatados y de bella factura.

De falta fueron los dos primeros y el cuarto: el que abrió un marcador que acabó en goleada (3-0) frente al Rayo, el que adelantó a su equipo en Fuenlabarada, donde terminó empatando 1-1; y el que rompió el 0-0 en Logroñés, partido en el que la Deportiva se impuso 1-2. De un zapatazo desde casi 25 metros llegó el logrado ante el Leganés, que fue el 2-1 de un choque que acabó 3-2; y de volea a un centro lateral el del sábado en Málaga, donde puso el 0-1 y encarriló un triunfo.

Una nueva faceta de uno de los mejores jugadores de toda la categoría.