De síes y noes

Faltan unos días para que acabe 2022 y hago recuento de síes y noes. Mis síes y noes personales, os pueden gustar o me podéis odiar.

Sí a Pequeño Zar chapoteando a la orilla del río. Sí a las nutrias del Luna y del Órbigo. Sí a los osos de la Cordillera Cantábrica. No a los parques eólicos de la Cordillera Cantábrica y de la Cabrera. No al macroembalse de la Cabrera, proyectado por los mismos que están detrás de los parques eólicos. No a los macroparques solares en la Maragatería y la Cepeda proyectados por los mismos que están detrás del macroembalse y de los parques eólicos. No a los miles de proyectiles sin explotar de las maniobras de tiro del Ejército en los Montes de León, y en la Maragatería y la Cepeda, que provocan incendios sin fin desde hace décadas. No a la guerra. Sí a la belleza del arte, al artista Ragnar Kjartansson, a Menchu Lamas, a la arquitecta Anna Hering y su arquitectura de la tierra. Sí a la arquitectura sostenible. Sí a la casa de tapial y paja de mi amiga Manuela. Sí a la Casa de la Poesía de Antonio Colinas en La Bañeza. Sí a los disfraces locos de los Carnavales de La Bañeza. Sí al premio Reina Sofía a una poeta, Olvido García Valdés, y el Nacional a otra, Aurora Luque. Sí a la poesía. Sí a lo nuevo de Julio Llamazares, y a lo de Juan Pedro Aparicio, y lo de Noemí Sabugal, sí a la labor editorial de Héctor Escobar en Eolas. Sí a hablar de literatura y acunar el espíritu del Filandón en Babia con Mario Tascón, sí a la librería de los Tascón en Ponferrada. Sí a la mencía del Bierzo y al prieto picudo del sur de León. No a los peajes que pagamos las que llevamos vidas nómadas, de Madrid a León, de León a Asturias. Sí al teletrabajo que permite variar, reorganizar y conciliar. Sí a las familias monoparentales y a las tradicionales y a las fluidas y a las coloridas. Sí a escribir, a leer, a las bibliotecas públicas. No al Black Friday, a Halloween y a Papa Noel. Sí a la Noche de Difuntos, a Samhein y a los Reyes Magos. Sí al desfile de carros engalanados en San Froilán y a la Fiesta del Pastor. Sí a las gentes del campo, a labradores y pastores, a la naturaleza, al canto de la alondra. Sí a los amigos. A los que me quieren. Sí a la vida. No a todo lo demás.