De Sahagún a Los Ángeles para triunfar en la tele

Hace casi 20 años que Amaya Pinto dejó atrás su tierra para cumplir su sueño: trabajar en la televisión. En el último año de carrera –estudió Filología Inglesa en la Universidad de León– se fue de vacaciones en Los Ángeles, donde tenía un familiar que trabajaba en el mundo de la imagen. «Empecé a ayudarle, me encantó y me quedé», comenta ella, que cerca de dos décadas después suma tres premios Emmy’s, los ‘Oscar’ del mundo de la televisión en Estados Unidos.

En la pequeña pantalla empezó «por muchos años» como editora y, desde el año 2005, lleva encargándose de tareas de producción en la NBC. ‘Mujeres que rompen estereotipos’, un reportaje sobre las historia de tres mujeres –una boxeadora con una historia de abusos sexuales detrás, una bailarina de danza del vientre con sobrepeso y una chica que, también con sobrepeso, es modelo de lencería–, le han hecho merecedora de este tercer gran reconocimiento a su carrera, un premio que recibió el pasado 28 de julio en una gala para la que estaba nominada en cinco categorías diferentes.

Este trabajo fue emitido en un serial dentro del programa que produce Amaya Pinto, ‘Acceso total’ en Telemundo, «una especie de magazine en el que se habla un poco de todo», explica ella misma.

Además de por esta producción sobre la vida de tres mujeres que rompen estereotipos, Amaya Pinto ha ganado ya otros dos premios Emmy, el anterior por el proyecto ‘Desocupar albergues’ –un evento a nivel nacional con el que se ha conseguido rescatar a miles de mascotas en todo Estados Unidos y que protagoniza un programa tras su celebración–, y el primero por ‘Al filo de la noticia’, que incluía diferentes historias «no muy normales».

El triunfo en su carrera es ya algo demostrable después de recibir estos tres premios, además de un buen número de nominaciones. «Siempre me llamó la televisión», asegura, celebrando que «al final pude hacer lo que siempre me gustó», aunque eso supuso dejar atrás su tierra y su gente.

Vivió toda su vida en Sahagún y se considera «100% de Sahagún», a donde viaja siempre que puede y a donde «me encantaría» volver para quedarse. «Si me pudiera ir mañana me iba», asegura Amaya Pinto, porque «estoy bien pero no tengo a nadie aquí y es durísimo», confiesa. Tiene dos hijos que «aman España» y todos los años visita Sahagún durante sus vacaciones.