¿De qué lado está la sombra?

21/09/2017
 Actualizado a 17/09/2019
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Que nos atraviesa el Camino de Santiago y que somos la provincia que más kilómetros de Camino tiene es un argumento que nos sirve para todo. Hoy mismo es utilizado para avalar la llegada a la ciudad de un congreso internacional sobre «lo oculto» (tranquilos, no se refiere a cuentas en Suiza, aunque dudo que me lea nadie que las tenga) y siempre se ha utilizado para darnos un barniz universalista pues su presencia ya propiciado que convivamos desde hace siglos con gentes de todas las culturas y nacionalidades.

Nada solemos contar acerca del largo anecdotario sobre las perrerías que les hicimos o los largos años de vivir de espaldas a su realidad. El asunto de la vez que plantamos los árboles para el lado del Camino que no dan sombra se queda a beneficio de inventario; como se queda la picaresca de colocar tablillas que conducen al albergue de algún colega. A fin de cuentas es lo que ha sido tradicionalmente el Camino, argumentan, y recuerdan las historias que cuenta Jesús Torbado en su novela de referencia.

También queda como anécdota la cara del asunto, gente como Agapito Trigal que coloca frutas y chuches en su casa para hacer más agradable el Camino; o el bueno de Sendo, que los lleva a sus cuadros.

¿En medio? La sensación de que estamos desaprovechando el mayor y más constante río de visitantes. Otra mina que da grisú.
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