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De pérdidas y ganancias

06/05/2023
 Actualizado a 06/05/2023
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No recuerdo a quién le escuché la frase, pero se me quedó grabada: «Vivir es ir perdiendo». Seguramente lo han dicho, de una manera u otra, miles de personas, millones. Y la frase es verdad, pero lo contrario también. Si no, para qué.

Arden las pérdidas, dice Antonio Gamoneda. Pero algo vamos encontrando entre tanto extravío, aunque no voy a decir que siempre se pueda lograr un equilibrio porque hay pérdidas gigantescas, pérdidas que enmudecen y que lo cambian todo.

He tenido unos días con ganancias. Algunas cosas pequeñas pero que me alegran, porque como en aquel cuento que nos contaba mi abuelo José, pasa mejor el invierno el que ha recogido las castañas grandes y también las menudas. Hay que llenarse los bolsillos en previsión de todos inviernos.

Jacarandas desbordadas de flores, eso he visto esta semana, y si alguna otra vez las tuve ante mis ojos, andaba ciega y no me enteré. Y, sobre el cielo de Cáceres, un halo solar, extraño arcoíris de hielo alrededor del sol.

He escuchado, también por primera vez, recitar al poeta Ben Clark. Fue en la Feria del Libro de Plasencia y uno de los poemas era sobre la pérdida. El poema se llama ‘Padre busca su casa en Google maps’ y cuenta cómo su padre hace eso mismo, buscar su infancia en Internet. Por eso el padre le pide al hijo, sesenta años después, que siga las vías del tren para llegar a donde vivía. Pero no es tan fácil y le recrimina: «no, lo estás buscando / mal, busca la estación, / hay que seguir las vías nuestra casa / estaba justo al lado el maquinista / solía saludar, hubo una vez / que nos tiró un pedazo de carbón». Ante la pantalla, el padre es un niño que quiere volver a casa.

El poema se incluye en un libro titulado ‘Demonios’. En él, me ha sorprendido otro llamado ‘El Tremor (poema documental)’, sobre el accidente ferroviario en Torre del Bierzo de 1944, en el que murieron decenas de personas, no se supo bien cuántas porque el número fue ocultado por la dictadura franquista. Es un poema sobre estas pérdidas pavorosas y empieza así: «Riega el Tremor despacio sus secretos. / ¿Qué puede ser el tiempo para un río?».
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