Imagen Juan María García Campal

De pérdidas y beneficios

06/01/2021
 Actualizado a 06/01/2021
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Este año he cambiado de almanaque más temprano que nunca. Sí, ya luce el de este periódico en mi cocina. No creo me haya urgido el dejar atrás el aciago supuestamente terminado –¿qué ha cambiado?, y no extendiendo la pregunta con un «a mejor»–.

Quizás, vistas las crecientes insensateces de tantas gentes (fiestas y excursiones multitudinarias), las muchas dejadeces de las autoridades (la vacunación retrasada cuando no detenida), las muchas incomprensiones e iras atenuadas, sea que, cada día, prefiera echarle una de mis primeras miradas al calendario, así como pidiendo refugio al ánimo personal en Babia. Porque sí, vista la realidad, a veces, apetece que la mente esté el mayor tiempo en Babia.

Además, por qué no desearme yo otra vida y mundo cuando una vez más, en tan solo tres días de año, se me hace verdad la frase del surrealista y comprometido poeta Paul Éluard: «Hay otros mundos, pero están en éste. Hay otras vidas, pero están en ti». Por qué no, si uno de mis vidas, de mis íntimos mundos, mundo y vida compartidos con muchos más de los que pensar se suele, se han visto sacudidos por el cataclismo que toda muerte es y, aún más, si se trata de la de tres escritores, de tres poetas. De tres de esos congéneres que, parafraseando a Francisco Umbral, nos enseñan la manera más profunda de leer la vida.

Porque sí. Sí creo leer mejor la vida, y más en estos tiempos, después de haber leído a Guadalupe Grande, en su poema ‘Meditación’ cómo: «Aturdidos de tanto saber/ y de no entender nada/ las cenizas de la memoria/ se esparcen en el aire».

Porque sí. Sí creo leer mejor la vida, mesurar mejor estos tiempos, después de haber leído a Juan José Alcolea, en su poema ‘Partida’ que: «Tan sólo del final el jaque cierto/ y, mientras, despiezándome la vida/ jornada tras jornada, trampa urdida/ al mar de la esperanza en que me vierto».

Porque sí. Sí creo leer mejor la vida, resistirla y resistirme, después de haber leído a Elena de Santiago, en su poema ‘Caminos’ cómo, aunque tantos días: «Buscaría yo otra vida/ donde el cielo y la tierra/ no vigilaran mi sendero»; también: «Cada mañana yo busco otro camino/ y me quedo siempre en el ahora».

Sí, nos ayudan tanto los poetas a mejor y más profundamente leer la vida, sus pérdidas y beneficios, que, hasta cuando uno se duele de su ausencia, se escucha recordando lo mucho de ellos aprendido y considera cómo, aun su pérdida, quedan los beneficios de sus poéticas y sabias palabras. Humanas palabras.

¡Salud!, y buena semana hagamos y tengamos.
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