De panadera a castañera

Hay tradiciones de las que los pueblos están orgullosos, las defienden y las celebran. Habitualmente son ayuntamientos, juntas vecinales o comisiones quienes las organizan pero en la sombra se suelen mover personajes fundamentales para que pervivan a lo largo de los tiempos y sean un éxito.

Este sábado Riello volvió a celebrar su ‘Sábado castañero’, una vieja y singular tradición que volvió a reunir alrededor del fuego y las castañas —después de un concierto— a más de un centenar de omañeses en su mayor parte, que llegaban a la Plaza con las castañas preparadas.

Y ahí es donde entra otro de esos personajes fundamentales, en este caso Mari Carmen Fidalgo pero, para todos, Mari Carmen la panadera, pues ése fue su oficio en Riello durante 33 años, hasta hace 11, cuando cerró y ya no hay panadería en el pueblo.

No duda ‘la panadera’ —siempre lo será por más años que pasen— en calzarse las madreñas, ponerse al pañuelo negro y sentir en su cara el calor del fuego, tan parecido al que despedía el horno en sus años en activo. Sigue siendo la misma de entonces, la que siempre estaba dispuesta a colaborar en lo que hiciera falta, la que ponía el horno a disposición de los mozos o de los no tanto.

Sigue a sus 75 años igual de activa que siempre, igual de colaboradora, contando para la intendencia con la ayuda de Teodoro.

Igual que siempre... aunque haya detalles que evidencian el paso del tiempo, los nuevos tiempos, cuando Mari Carmen salta con sus madreñas de darle vueltas al bombo de las castañas a recibir un whatsap.