25/05/2021
 Actualizado a 25/05/2021
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Para Emily Esfahani, filósofa y escritora, los principales soportes del sentido de la vida son la pertenencia, la misión, la trascendencia y la narrativa. Aunque esta última al principio me llamó la atención, es cierto que cómo ‘editamos’ nuestra historia, nuestros recuerdos, puede configurar el sentido de nuestra propia existencia.

El premio nobel de economía en 2013, Robert J. Shiller, publicó ‘Narrativas económicas. Cómo las ‘fake news’ y las historias virales afectan la marcha de la economía’. En el prólogo aclara cómo otras disciplinas de investigación deben incorporarse al análisis de la economía, como las humanidades, la historia o la literatura. Se trata de un enfoque de investigación económica humanista y, en este sentido, «el análisis de las narrativas económicas, entendido como el estudio de la propagación viral de creencias y relatos que afectan al comportamiento de los agentes económicos, puede mejorar nuestra capacidad para anticipar y gestionar sucesos económicos futuros». Se centra en dos elementos: el contagio boca a boca de las ideas en forma de historias y los esfuerzos que hacen las personas para generar nuevas historias contagiosas. Historias populares que cambian con el tiempo y que afectan realmente a la economía y, por lo tanto, debiéramos tener en cuenta: la del consumo ostensible, según la cual parece que, para tener éxito en la vida, se debe aumentar el nivel de gasto para trasmitir una imagen de poder, lujo y abundancia; o la del ‘sueño americano’; o la del miedo a que la aparición de nuevas máquinas termine reemplazando a una parte de la fuerza laboral causando un altísimo nivel de paro; la narrativa del desempleo de raíz tecnológica; o las narrativas de aumento en la valoración del suelo y las propiedades; las de las burbujas en los mercados de valores… Pero quizás, en estos momentos, hay una narrativa económica contagiosa en boca de todos que sobresale: la del Bitcoin.

«La narrativa del Bitcoin evoca historias de jóvenes e inspirados cosmopolitas que rompen con los burócratas sin imaginación. Es una historia de riqueza, desigualdad, avances en la tecnología de la información y terminologías misteriosas e impenetrables”. El Bitcoin como catalizador de la anarquía pacífica y la libertad, como una reacción contra gobiernos corruptos e instituciones financieras, como un arma preparada para socavar la autoridad. Sigan su discurso.
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