De mítines y pactos

Los mítines ya no son una forma de ganar nuevos votantes, pues, por regla general, a los políticos sólo les van a escuchar los de su propio partido

Primero esperan a conocer los resultados y luego ya tratan de poner en sintonía los programas políticos
19/05/2019
 Actualizado a 03/09/2019
Cuando los españoles nos estrenamos en esto de la democracia la política era otra cosa. El voto estaba más formado, la gente acudía a los mítines de los distintos partidos para ver qué es lo que le ofrecía cada uno de ellos. De aquélla influía mucho el carisma del político de turno, si te entraba por los ojos ya tenía mucho camino recorrido. Hoy ya nos conocemos todos demasiado y lo de ir de mitin es bien distinto. Hoy a los políticos sólo les escuchan los suyos, los de su partido, que durante un tiempo recibían un refresco y un bocadillo por llenar el aforo, ahora seguramente ni eso, porque el compromiso del militante ya es casi atadura. Han evolucionado los mítines y seguramente pasará lo mismo de aquí a unos años con los pactos. Hoy vemos cómo un día se tiran los trastos a la cabeza y al siguiente se andan rondando para formar gobierno. Primero esperan a conocer los resultados y luego ya tratan de poner en sintonía los programas políticos. Es imposible saber la deriva que tomará esta práctica hasta ahora tan desconocida en la política nacional o en las principales capitales de provincia, donde imperaban las mayorías y la alternancia de siglas, de dos básicamente. Pero los ciudadanos han visto ampliado el abanico de opciones y, aunque ahora ya no se vaya a los mítines para decidir el voto, hay otros canales para informarse y, sobre todo, existe el voto del despecho, del descarte. De momento habrá que ver en qué quedan los pactos en esta provincia, que parece que necesitará unos pocos.
Lo más leído