Imagen Juan María García Campal

De mis firmes propósitos

21/07/2021
 Actualizado a 21/07/2021
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Aunque usted no lo crea, cada vez que envío al periódico uno de mis artículos de opinión (personal) en el que hable de cualquier aspecto de la realidad política me hago los firmes propósitos de no sólo no volver a entrar al trapo, sino incluso de hacer voto de silencio y escribir sobre cualquiera otra cosa, por ejemplo, el sexo de las ángelas. Mas nunca falta un hecho desestabilizador de mi firmeza que, más que conducirme a una posición de descanso, me arroja cuerpo a tierra.

No sé por qué me da que algunos políticos, para tan holgado vivir, andan o se hacen los estresados por permanente agravio. Como que les gustase estar todos los días coléricos. Qué sin vivir y, lo que es peor, qué sin dejar vivir. ¿Dónde estarán escondidos los ilustrados liberales?

Anda uno concluyendo que, a su buen entender, las sentencias de cualquier tribunal, incluido el Constitucional, han de ser acatadas pero no necesariamente compartidas y por lo tanto opinables y hasta criticables; pensando que el hacer del poder judicial también lo es como el de cualquier otro poder y más si, como es el caso, «emana del pueblo» (Artº 117.1 CE) y llega el PP y organiza en Ávila una jornada que titulada ‘Concordia, Constitución, Patriotismo’ más que un cuerpo a tierra fue un sindiós «de Dios en Ayuso» (locución adverbial en desuso que significa «de Dios abajo», no se me subleven los ardorosos guerreros) o efectos de un chuletón con buenos caldos.

Que hablen de concordia o Constitución quienes se niegan por principio -patriotismo dirán ellos- a concordar la renovación de varias instituciones constitucionales (Defensor del pueblo, Consejo General del Poder Judicial y Tribunal Constitucional) digamos que suena a salvapatrias, aunque también se podría oír como un boicot al Estado.

¿Y patriotismo? De qué patriotismo habla quien como Camuñas, ante el anuente silencio y reconocimiento de Pablo Casado, afirma que «si hay un responsable de la Guerra Civil directamente es el Gobierno de la República. Un golpe de Estado no es lo que ocurrió en 1936».

Insisto: ¿dónde estarán los ilustrados liberales? ¿Es que no ven la peligrosa deriva que está tomando el principal partido de la que aún quiero pensar derecha democrática?

Y mientras, por estos lares, la nueva dirección popular, la del «leonesismo útil», callada mientras la Consejería de Sanidad bloquea los ingresos en Paliativos de San Isidro y reduce su espacio a un ala del hospital.

Hala, que me toca renovar mis firmes propósitos.

¡Salud!, y buena semana hagamos y tengamos.
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