De menos y de más

Son infinitas las veces que he leído o escuchado la pregunta «¿Qué es lo que más echáis de menos?» en medios de comunicación y en redes sociales a lo largo de este mes de confinamiento. Al principio, mi respuesta era bastante general, pese a que se resumía en amigos y familiares, pero se ha concretado a medida que iban pasando los días y he ido sumando aquellas pequeñas cosas que jamás tuve en cuenta.

Echo de menos sentarme en primera fila con Cris y Maribel y tener que coger apuntes a una velocidad asombrosa mientras nos miramos con caras de no entender nada y copiamos de la pantalla del ordenador de las otras todo aquello que nos falta. Echo de menos los cafés de avellana, que son los únicos que me gustan porque no saben a café, y las galletas de chocolate negro, pese a que la mayoría de veces no funcionen las máquinas expendedoras o se queden con las vueltas.

Echo de menos decir que tengo que salir de casa sobre las ocho y cuarto para no comerme el atasco de la entrada a la M-45. Como pueden imaginar, nunca salgo a esa hora y siempre termino quejándome de esos minutillos conduciendo en segunda mientras un amplio número de conductores decide meterse en el carril en el último momento. Echo de menos pensar en lo mucho que me cunde ir en coche a clase, ya que en tren tardaba casi una hora, mientras tamborileo con los dedos en el volante y el resto de conductores me ve canturrear.

Echo de menos tener que especificar la ‘Ali’ con la que he quedado ya que mi prima y mis dos mejores amigas se llaman así. Echo de menos las cervezas con Alex en cualquier terraza para despues irnos a pasear por todo el barrio mientras nos contamos la vida. Echo de menos las cenas de ‘tapeo’ con Eli y Lucía que ocurrían cada cierto tiempo. Echo de menos los chistes malos de mi abuelo y que me pregunte por «los estudios y el novio» para yo responderle «bien y sigo sin tener». Echo de menos hablar con mi abuela mientras comemos en su casa o nos vamos a merendar por Madrid. Echo de menos dar una vuelta y tomar el aperitivo con mis padres. Sin duda, mi respuesta a «¿qué es lo que más echáis de menos?» es «echo de menos lo que antes echaba de más».