¿De llover no está?

12/05/2017
 Actualizado a 04/09/2019
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Es cierto que en esta tierra socarrona ante la salida en tromba de vírgenes milagreras, santos con chaparrón y rogativas múltiples por toda la provincia siempre hay un escéptico en la barra del bar que cuenta la misma historia sacada del manual del incrédulo. Cuenta que la sequía se prolongaba y las gentes del campo fueron a ver al párroco para pedirle que pusiera en marcha las rogativas. El cura no parecía tener muchas ganas de recorrer los campos en procesión pero ante la insistencia de los feligreses concedió: «Si queréis sacar el santo... se saca. Pero yo os digo una cosa, de llover no está».

Me reconozco escéptico de los milagros, aunque hay muchas cosas para las que no encuentro otra explicación; pero desupués de una larga y pertinaz sequía –de aquellas a las que echaba Franco las culpas que no tenían los masones– resulta que salió la Virgen de Castrotierra con sus pendones y sus rezos; abandonó su ermita el santo Froilán de Valdorria para escuchar a un consejero que le exigía «¡lluvia ya!» como si en vez de ser del PP fuera de En Marea, se sumaron otros cortejos menores... y el cielo abrió sus carnes y se puso a echar agua, con tal gana que ya hacen los guajes surf en los charcos que sembró Obras Públicas por las carreteras.

A ver ahora cómo se lo explica el guía a los guiris mientras escuchan que Gaudí también era muy partidario de la cosa milagrera.
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