De La Robla a Buiza

Una ruta salpicada por sorpresas arquitectónicas como el acueducto conocido como 'El Encañao', la ermita del Buen Suceso o las fuentes que el peregrino puede encontrarse en la localidad de Peredilla de Gordón

José Antonio Cuñarro
25/07/2016
 Actualizado a 13/09/2019
La ermita del Buen Suceso, un de las jotas con las que cuenta el Camino del Salvador. | J.A. CUÑARRO
La ermita del Buen Suceso, un de las jotas con las que cuenta el Camino del Salvador. | J.A. CUÑARRO
La Robla tiene un albergue completamente equipado, en una encuesta realizada en internet por los peregrinos valorando los albergues de todos los caminos, el de La Robla figura entre los diez primeros.

La mañana se presenta espléndida, sigo mi rutina peregrina de preparar la mochila y enseguida me pongo en el camino, no voy sólo, este tramo lo usan muchos vecinos para sus paseos, desde bien temprano veo como la «ruta del colesterol» está muy concurrida, con la excusa de hacer deporte aparece esta nueva manera de relacionarse, el «buen camino» se sucede, se nota que con los años hay cultura de camino, recuerdo cuando la expresión que escuchaba el peregrino era la de «buen viaje».

Primera sorpresa agradable del día, el camino que acompaña al río Bernesga, pasa debajo de un precioso acueducto al que aquí llaman 'El Encañao', se cree que su origen era una conducción de agua romana para trasvasar agua de Puente de Alba a Alcedo, en uno de sus cuatro arcos podemos ver una placa que reza:  Este acueducto, único en su género, en la provincia de León, se estaba construyendo el dieciséis de abril de 1795 cuando Gaspar Melchor de Jovellanos, de paso por estas tierras, quedó impresionado por la magnitud de la obra, dejando constancia en su diario. Los Roblanos orgullosos de esta obra mantienen el dicho: «Ni muralla ni reducto, La Robla tiene acueducto».

Apenas sigo el camino cuando veo un precioso puente, el actual sustituye al puente romano que daba paso hacia el castillo de Alba, en los pueblos ya se sabe que por nada te bautizan y así quedo bautizado: «el puente de los toreros», debido a un accidente allí acontecido, por unos toreros que visitaban la zona. Sigo por el pueblo de Puente de Alba y entro por la antigua carretera nacional recordando las antiguas carreteras que como esta, se custodiaban por una hilera de árboles que me van a acompañar hasta Peredilla.

Peredilla me ofrece dos fuentes de rica agua, descanso un poco y continúo atravesando la nacional por un paso subterráneo que me lleva hasta otra joya del Salvador, la ermita del Buen Suceso. Declarado Monumento Histórico Nacional el 27 de abril de 1983, como todo buen lugar de culto tiene su leyenda: Encuentran una virgen en el Bernesga, se traslada la imagen a una iglesia y al día siguiente la imagen ya no estaba, había vuelto al mismo lugar en el Bernesga, se lleva a otra ermita y vuelve a suceder lo mismo, con lo que entienden que hay que construir una ermita en ese lugar y depositar allí la imagen de la virgen.

La Virgen del Buen Suceso

Otros creen que su construcción se efectúa en agradecimiento a la Virgen por impedir que las tropas de Almanzor tomaran el Castillo de Gordón. A primeros de septiembre, se celebra una romería en honor a la virgen del Buen Suceso que fue declarada patrona de Gordón. Observo una vieira que adorna una de las ventanas laterales, clara referencia al Camino de Santiago. Sigue mi camino hacia el pueblo de Nocedo de Gordón y paso debajo de un enorme viaducto del Ave que están construyendo en la zona, ahora este agradable camino, me lleva hacia La Pola de Gordón, con el Bernesga a mi derecha a la sombra de sauces y alisos.

Entro en La Pola por un paso subterráneo bajo las vías del tren y cruzo nuevamente el Bernesga para adentrarme en esta preciosa villa, el camino pasa al lado de la iglesia de la Asunción, edificada sobre un antiguo hospital de peregrinos, dejo La Pola en dirección al polígono de Valdespín, al que accedo cruzando bajo el puente metálico las vías del ferrocarril y por el puente 'El Tornero', cruzo el Bernesga que me viene acompañando desde León y al que no volveré a ver hasta llegar prácticamente a su nacimiento cerca de Arbás del Puerto.

Mi camino atraviesa el pueblo de Beberino, Jovellanos lo cita: «En Beberino está lo que llaman Ropería de Guadalupe y un monje con sus criados que cuidan de la gran cabaña del monasterio repartida por estas montañas».

Del Monasterio de Guadalupe apenas queda nada, excepto un mosaico en una fachada que representa a la Virgen y en cuya leyenda se puede leer «Nigra Sum de Guadalupe» y un escudo de armas. Salgo de Beberino siguiendo el río Casares hasta a un cruce que me desvía hacia Buiza, ahora es el río de Folledo el que guía mis pasos, siempre el agradable sonido del agua haciéndome compañía. Voy cogiendo altura entre montañas cubiertas de hayas y robles hasta llegar a la ermita de la virgen del Valle, que tuvo hospedería para peregrinos hasta el siglo XVIII. Poco más adelante llego a Buiza, el albergue se encuentra a la entrada del pueblo, su hospitalero Ángel viene enseguida para abrir el precioso y muy cuidado albergue donde pasare la noche.

Se conservan en Buiza varias casas blasonadas con cuatro escudos, como la de Alfonso Villafañe «Estas armas y blasón de los Alfonso Villafañe son» o la de Álvarez quiñones que reza de manera similar «Estas armas y blasón de los Álvarez Quiñones son», otra de las casas Blasonadas se encuentra en el centro del pueblo a la altura de la plazoleta y hoy en día es teleclub y cantina del pueblo. También destaca la ermita de San Antonio de Padua, una de las dos que aquí existieron, se observa un antiguo limosnero con una inscripción en la que se recuerda echar limosna para el santo en la pared de la capilla.

En la actualidad la ermita de San Antonio, de propiedad particular, se encuentra en ruinas. La iglesia se realiza al gusto del estilo neorromántico y parece ser del arquitecto Torbado, se dedica a los santos Justo y Pastor aunque la patrona, debido a la devoción que los vecinos la procesan, es la Virgen del Valle. El día 15 de agosto, festividad de Nuestra Señora, es tradicional que al mediodía una procesión recorra el trayecto que va desde el pueblo hasta la ermita. Buiza fue durante siglos un importante cruce de caminos entre León y Asturias, numerosos documentos de Jovellanos en sus diarios de finales del siglo XVIII así lo atestiguan. Hoy descanso relajante en medio de la montaña leonesa en este precioso albergue, todo un lujo para el peregrino.
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