De la oveja a la madeja

04/10/2018
 Actualizado a 11/09/2019
04-10-2018-a-la-contra.jpg
04-10-2018-a-la-contra.jpg
Tenemos tantas ganas de escapar de la tela de araña que nos están tejiendo entre Torra, la Pantoja, la hija, el papo de las Campos, la tesis del presidente, el máster de la expresidenta, los aprobados en serie del presidenciable, el debate de si faltan los goles de Cristiano Ronaldo, el debatillo local de si la Cultural camina o revienta, el del techo de la Ponferradina y hasta el agobio de ver toda la noche en no sé cuántos canales de esos con nombre raro a un paisano cocinando sin descanso para vender unas sartenes en las que no se pega ni el Súper Glue 3... tenemos tantas ganas de escapar que disfrutamos más que Belén Esteban en una conferencia de Umberto Eco en inglés cuando nos encontramos con nuestro pasado, por duro que haya sido, cuando nos enseñan cómo hacían los calcetines y los manteles nuestras abuelas, cuando nos cuentan cómo iba de la oveja a la madeja, los sudores de esquilar, la paciencia para lavar la lana, la maña para el escarmenado y la habilidad con la rueca... hasta teñir y ponerte a coser.

Podrían producirle sudores sólo pensar en este largo proceso a estas mujeres –que además aguantan cara al sol (no significa nada, sólo cómo están) con esos faldumentos– pero es que afuera hace mucho más frío.

Porque allí, lejos de su burbuja, siguen viviendo el Torra, las Campos y toda esa ralea, que decía el maestro Angelillo. Yo también me quedó aquí.
Lo más leído