De la incitación poética del siglo XX al olvido del XXI

Mercedes Castro Serrano (León, 1953) es una activa poeta del León de los 70, fundadora del grupo Barro, se fue a vivir a Córdoba y allí siguió su actividad

Mercedes G. Rojo
09/11/2021
 Actualizado a 09/11/2021
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"Un día y otro cruza el país de la tarde, le lastra un corazón que no repasa en la dulzura del engaño...". (De El retrato quebrado. M. Castro)

Nos acercamos hoy a la semblanza de otra poeta leonesa que comenzó su andadura en el último tercio del siglo XX, centrando en el mismo prácticamente toda su producción hasta ahora publicada. Mercedes Castro Serrano (no confundir con la ferriolense Mercedes Castro -Ferrol, 1972) nace en León en 1953. Su primera referencia nos llega como ideóloga y creadora del grupo literario “Barro” (1975-1977) creado en la década de los setenta, aunque su temprano traslado a Córdoba, por motivos profesionales, la alejará pronto del panorama literario del momento y el de los años posteriores, y ello a pesar de que no es poca su producción poética.

Cuando, en febrero de 2020, Julio Llamazares le escribe un obituario a su amigo Miguel Escanciano (ambos también creadores e integrantes del grupo), recordará así la creación de Barro: «Miguel Escanciano fue el primer amigo que tuve en León. Lo conocí recién llegado de Madrid, donde había estudiado el Bachillerato (…) hacia finales de 1973 y la primera vez que lo vi fue en una cafetería de Ordoño tan cursi como su nombre: Flor. Nos había citado allí Mercedes Castro, una desconocida poeta que pretendía crear un grupo de poesía en la estela de Espadaña y Claraboya y que, ni corta ni perezosa, había anunciado su propósito por la radio. Los únicos en acudir a su llamada fuimos Miguel Escanciano y yo…».

Efectivamente, la cita tendría lugar a comienzos del año 1975, y la desconocida “poeta”, logra poner en marcha junto a ellos y a José Carlón, una revista radiofónica de literatura y poesía que- amparada por Radio Popular de León- se mantuvo en antena hasta noviembre de 1977, logrando dinamizar el ambiente poético de los 70 (según nos cuenta Fulgencio Fernández en su artículo “La poesía ha caído en gracia” -La Crónica, octubre 1996- en el que hace repaso, entre otras noticias poéticas, del galardón recién obtenido por la leonesa).

Por dicha revista pasarían también otros nombres (como el de Milagros Sánchez) que irían abandonando el proyecto, a menudo por discrepancias ideológicas. Aquella periódica reunión radiofónica se materializó en 1976 en una antología de los cuatro jóvenes que la iniciaron. Editada por Ediciones Celarayn, y con el mismo nombre del grupo,Barro incluía los primeros poemas de sus autores. Mercedes contaba entonces 23 años. Poco después cada uno de ellos tomaría rumbos diferentes yéndose ella a Córdoba, donde, desde entonces, ocupa un puesto como docente e investigadora en la Escuela Superior de Agrónomos, al tiempo que se incorpora al panorama poético de aquella ciudad.

Lírica e intimista


Dentro del grupo, Mercedes representará la línea más intimista, la más lírica, una constante en su trayectoria poética, en la que –en palabras de Balcells- «sujeta su palabra dentro de la austeridad expresiva, y logra una sobria belleza en sus poemas», en muchos de los cuales la muerte es una constante.Señala también las tres miradas poéticas con las que podemos encontrarnos en tres respectivos libros: «una vivificación del orbe de la naturaleza (montañas, mares, astros)» en Paisaje de sangre; «la efimeridadque condiciona el vivir» en La sombra de la sombra de un sueño; y «el interior vivencial de la mujer desde diversas experiencias de mujeres» en El retrato quebrado.

Libros y premios


Si su profundo afán poético la lleva a crear Barro en León, también la llevará a unirse al grupo Zubia en Córdoba, mientras su trayectoria se salpica con diversos premios poéticos: Gallo de Vidrio (Sevilla, 1978), Ciudad de Jaén (1978), Bernardo del Carpio (León, 1981), finalista del premio Azor en Barcelona…; sin embargo no publicará hasta 1986 (colec. Polifemo nº 15. Diputación de Córdoba).Tiene entonces treinta y tres años y, a excepción de algunas colaboraciones como los ‘Seis poemas’, publicados en 1980 enla revista ‘Nueva Estafeta’, suPaisaje en la sangre, constituirá su primer poemario publicado.

Luegollegarían: La Sombra de la Sombra de un Sueño (Premio Pablo Neruda. Huelva, 1990); Alaluz (Córdoba, 1992); Retablo Orsini (1995);o El retrato quebrado, editado-tal como nos recuerdaSergio Fernández Martínez en sulibroLa poesía leonesa y la colección Adonais-por Rialp, dentro de dicha colección, tras resultar ganador del Premio de Poesía “Antonio Gonzálezde Lama” 1995.

Tras ellos: Jardines Interiores (Córdoba, 1998); Octubre, a veces (1999), un libro exclusivamente de sonetos, y Poesía en la Bodega (Córdoba, 2001).Después el silencio editorial, que no literario pues Mercedes Castro sigue activa allá en la tierra que la acogió tanto profesional como literariamente y que la incluye entre «sus» poetas, como se nos cuenta en Mujeres de Córdoba, de Rafaela Sánchez Cano, mientras que en León será incluida (con respecto al nacimiento de Barro) en la Historia de la literatura leonesa, de Francisco Martínez García. Así mismo será una de las leonesas incluidas por José María Balcells (catedrático de la Universidad de León) entre las 150 que conforman su antología Ilimitada voz (Antología de poetas españolas: 1940-2002)

Pueden escucharla en el siguiente enlace: Mercedes Castro nos acerca El retrato quebrado.

Yo, termino conlos últimos versos de un soneto de su primer poemario:
«(…) Pasa Dios cuando pasa, en el ahora:
en la consumación, pasa el olvido
yyo paso también: voy a la muerte».
(De Paisaje de la sangre).
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