Jason Mallinson fue quien salió al exterior con el primero de los niños y pronto se echó al agua para buscar a más pues le asustaba la algarabía del exterior. No va con su carácter, tímido, excesivamente tímido.
Jason Mallinson fue quien sacó al último de los niños venciendo graves complicaciones, reconociendo que «me golpeé numerosas veces con la pared y el niño, el más pequeño de todos, también. Era demasiado pequeño para la máscara de buceo, no le ajustaba, no se la pudimos sellar. El momento era crítico, el niño se ahogaría si no actuaba con rapidez, no podía pedir otra nueva pues no tenía comunicación y probó una máscara diferente. Era la última oportunidad, había que salir, vivo o muerto, la visibilidad había empeorado mucho... «Me concentré en mantener la máscara en la cara del niño y evitar que su cabeza del niño se estrellaracontra las paredes de la cueva. Sé que alguna vez se golpeó porque no podía ver su cara o su cabeza y extendía mi cabeza sobre la suya así que era la mía la que golpeaba primero en la pared y así protegía la suya». - Me golpeé docenas de veces pero sabía que había que seguir, temía mucho por la hipotermia del niño pues le habían sedado y es muy peligroso. Sólo es una parte del relato de los hechos. Pero da una idea del comportamiento de este gran especialista.Jason Mallinson escuchaba ayer en silencio la tertulia después de comer en La Cocinona de Vegacervera, después de bucear con sus amigos de Guheko —(Pedro en esta ocasión) y los asturianos Medina y Mateca— por el Pozo del Infierno, la Cueva de la Vieja, en las Hoces, o el Fontanón de Nocedo. Hablan de la guerra civil en la comarca, pregunta cuando no entiende, se sorprende y deja pocas pinceladas de su odisea en Tailandia. Dan ganas de decir aquello de «no parece un héroe» pero todo apunta a que lo es. Él asegura que no: «Fuimos allí paraayudar a unos niños pues tenemos esa facilidad, la habilidad de saber bucear y es lo que hice, lo que hicimos, eso es lo que me hace feliz».- En las imágenes de la televisiónse ve cómo todo el mundo os brinda una cerrada ovación al salir.- Se agradece, pero no es lo que fuimos a buscar.En un momento de la charla Jason Mallinson dice que se va, que dormirá un rato la siesta y seguirá viaje en su furgoneta. Cunde un poco el pánico, había contado muy pocas cosas y dicen sus compañeros que este genio tímido es de una sola palabra. «Se va y se va». Acepta hablar un rato más. «Tuviste suerte, le habrá gustado la charla sobre la guerra civil... no sé».
- ¿Qué te gusta de esta tierra?- Bucear, es a lo que vengo, a prepararme, a ver a los amigos.
- ¿Un lugar especial?
- El Pozo del Infierno, en las Hoces de Vegacervera, es muy profundo y el agua está muy fría, te sirve para la preparación de casos en los que se corre peligro de hipotermia, como temíamos en Tailandia.
- ¿Ya sabéis porqué entraron los niños en aquella cueva?
- La verdad es que no me he preocupado mucho de los detalles, lo nuestro era sacarlos, creo que iban a celebrar el cumpleaños de uno de ellos.
- ¿Fue el rescate más difícil?
- Fue muy difícil. Era mucha la distancia, eran niños, estaban asustados, como es lógico, y tenían miedo.
- ¿A qué te dedicas en Inglaterra?
- Tengo una empresa de trabajos de altura y entreno para lo mío, para el buceo, la espeleología.
- ¿Cuántas veces te han dicho en estas últimas semanas que eres un héroe?
- Los héroes, de verdad, fueron los niños, tuvieron una fuerza mental que no se corresponde a su edad.
No hay manera de que lo diga.