De fútbol entendemos todos, otra cosa es acertar

El fútbol y las quinielas son dos pasiones evidentes de los aficionados, y no tanto. Radio León los supo unir en el exitoso programa ‘La quiniela de los entendidos’ y Fernando Rubio estuvo en la gala final, la del año 1970

Fulgencio Fernández
22/08/2022
 Actualizado a 22/08/2022
Muchas caras conocidas de la política, la hostelería, la radio y el fútbol se daban cita en la gala de final de temporada del programa. | Fernando Rubio
Muchas caras conocidas de la política, la hostelería, la radio y el fútbol se daban cita en la gala de final de temporada del programa. | Fernando Rubio
Vaya por delante una anécdota que explica un poco el trasfondo de lo que vamos a recordar hoy, el poder del fútbol y las apuestas unidas en base a una afirmación muy real, que "de fútbol sabemos todos" y otra no menos cierta, que «otra cosa es acertar».

Había en el bar del pueblo una de esas famosas porras en las que hay que acertar los resultados de tres partidos, cosa que ningún experto lograba semana tras semana, con lo que el montante del premio ya andaba por los seis mil euros (imagino que Hacienda no lee estas cosas), con los consiguientes dientes largos de los apostantes, que miraban las alineaciones, los lesionados y hacían gala de su sabiduría. Pues nada. Ni un acertante. Hasta que un día el menos aficionado al fútbol —en realidad, nada aficionado a este deporte—, Arsenio, dijo «trae p’acá eso de la porra, ¿cómo se pone esto?». Y puso tres resultados «al tun tún»... y se llevó «la morterada para casa».

Una cosa es entender  y otra muy diferente acertar.

El antecedente de la porra bien podía ser ‘La quiniela de los entendidos’, un exitoso programa de radio, el de más audiencia de los años 70 en el que Radio León logró conjugar la pasión por el fútbol, la de las quinielas y añadió la no necesidad de acertar; bien es cierto que tú apuesta era pública y el fallo acarreaba cierto cachondeo. Se llamaba ‘La quiniela de los entendidos’ y uno de sus presentadores, el ilustre veterano de la radio Magín Revillo explicaba su dinámica en un reciente artículo: «En Radio León presenté durante algún tiempo el más popular programa y de mayor audiencia: La quiniela de los entendidos, en el que catorce bares y cafeterías de la ciudad rellenaban el boleto y, sobre todo, comentaban el partido de la Cultural puntuando a los jugadores más destacados. Al final de la temporada el jugador que mayor puntuación había obtenido recibía un original premio: un traje a medida confeccionado por Sastrería Morán y un reloj de pulsera de las mejores marcas».

Añadía como anécdota que muchos años después de ganar el premio el recordado Celso, El Pajarín, (fallecido hace unos meses) le había encontrado por la calle, le mostró el reloj y le dijo que ni atrasaba ni se adelantaba un solo segundo.

El programa caló muy hondo y Fernando Rubio acudió a alguna de las galas del celebrado programa lúdico deportivo, y hoy recupera las imágenes de la de 1970 con presencia de autoridades de la época, directivos de la Cultural (Ángel Panero, por ejemplo) y recordados hosteleros de la ciudad pues entre los catorce bares participantes se elegía a los más populares.

Ocupaba el programa la que entonces era la noche más futbolera, la del domingo, antes de que el fútbol se extendiera a todo el fin de semana... y más allá. Era como el remate de la tarde culturalista, del pelotón que decía Crémer en su programa.

Reflexiona Fernando Rubio sobre sus  imágenes de hace 50 años que «por supuesto que resulta difícil comprender en la época actual un programa como aquel, en estos tiempos de absoluta interrelación gracias a las redes sociales por Internet...  pero fue una incuestionable realidad el éxito de una emisión de radio que llevaba a las ondas lo que se vivía en las tertulias de cada uno de los bares de los participantes. Pero la comunicación era más de persona a persona y se basaba en la prensa, el ‘boca a oreja’, la radio y, ya iba tomando gran fuerza, la televisión», pero centrada en el domingo y televisando, como mucho, un partido de Liga, con lo que los equipos de cada ciudad eran los grandes protagonistas de las tertulias de fútbol y en León lo era, y mucho, la Cultural.

Especial protagonismo adquirían aquellos catorce bares que participaban en la quiniela de los entendidos, motivo de debate era lo que habían apostado públicamente, por las ondas del programa estrella de la radio local. Recuerda Fernando que «lo más divertido era la parte en la que se felicitaban a los que habían acertado en su apuesta en la semana anterior o se burlaban, de una forma educada, de los que no lo habían hecho».

Muchas veces se acababa poniendo en duda esa calidad de «entendidos» que les otorgaba el título del programa pues los resultados no avalaban el calificativo, ni de ellos ni de tantos que se lo arrogaban en las tertulias pues, señala Fernando Rubio: «Es evidente  que cada español tiene dentro un entrenador de fútbol y puede ser cierto, pero lo fundamental de ese programa era mostrar los conocimientos sobre ‘el juego del pelotón’ de los amigos que anticipaban  el pronóstico de los partidos de la semana. Muchos oyentes rellenaban sus quinielas siguiendo sus opiniones, pero no recuerdo, de aquellos años al menos, que nadie consiguiera un pleno, un premio millonario, con ese sistema».

La verdad es que no lo recuerda nadie, pero lo cierto es que para la decepción que pudiera producir la falta de acierto tenía el programa una solución muy eficaz: «Cualquier aspereza que se produjera se limaba en la cena anual que servía como celebración y entrega de los premios a los mejores futbolistas leoneses que los mismos miembros de ‘la quiniela...’ habían valorado y elegido».
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