De fábrica a cantera: once alumnos de ocho países en el seminario

El viejo seminario menor, ‘la fábrica’, es hoy un seminario con solo once seminaristas, de 8 países diferentes y la mejor cantera de vocaciones de la diócesis. Sólo hay un español, un gran empresario que lo dejó todo

Fulgencio Fernández
17/03/2019
 Actualizado a 18/09/2019
Los once alumnos que este año cursan estudios en el Seminario Redemptoris Mater (antiguo seminario menor), sólo uno es español, de Valencia. | SAÚL ARÉN
Los once alumnos que este año cursan estudios en el Seminario Redemptoris Mater (antiguo seminario menor), sólo uno es español, de Valencia. | SAÚL ARÉN
Son muchos los leoneses que han salido de paseo desde el Seminario Menor a la Copona, por la carretera de Asturias, todos los domingos, vestidos con sotana, en fila. Son otros muchos los que han tenido allí a un familiar. Son otros muchos los que lo recuerdan... Y es que no en vano a aquel seminario le llamaban los leoneses «La fábrica», allí se fabricaban los curas que previamente habían pasado por el Seminario Mayor, a la sombra de la Catedral.

Chavales a los que habían reclutado por las escuelas rurales de toda la provincia, habitualmente los más espabilados, que ya los maestros avisaban a quien iba a «hacer la cosecha», salvo que fuera alguien tan sabio como González de Lama, de quien siempre recuerda el poeta Toño Llamas el examen que le hizo en Vidanes: «¿Qué pájaros son esos que vuelan a orillas del Esla? Hablame de ellos».

Bien es cierto que ellos mismos, con el paso del tiempo, hablan de las dos caras ‘del Menor’: los sabañones que padecieron por el frío; pero reconocen que «había dos salidas para los hijos de familias pobres, el seminario o nada».

Cientos, miles, pasaron por allí. Algunos fueron antes a Santibáñez de Porma, una especie de preseminario en una finca que regaló al obispado la familia Arriola. Lo recuerda un ex alumno, Escapa: «Veníamos de un largo recreo en Santibáñez, en los pagos fluviales del Porma, aquella quinta vegetal de molinos, truchas, cangrejos y canales donada por la viuda de Arriola al obispado. Allí fue el secuestro del joven ingeniero por la partida guerrillera, el fracaso del rescate ideado por Arias Navarro con un capitán travestido de dama compungida y el legado de la tristeza en beneficio de Almarcha. Era una finca con una casa rica de labranza, un patio con palmeras, amplios praderíos y frutales. La estancia ideal para el tránsito entre la infancia pueblerina y la sotana. La pena y las nostalgias nocturnas se curaban con hilas de orujo, que nos dispensaba una monja imperativa y amorosa. Había un molinero alegre, triunfador en los aluches de entonces, y un jardinero torvo, de vino agrio y resacas tumultuosas».

Otras muchas preceptorías a lo largo de la provincia (Lois, Morgovejo, San Feliz de Torío, Vegarienza... y tantas otras)junto a los seminarios de La Bañeza, Astorga, Valderas... componían una infraestructura realmente inigualable...

Hoy el Seminario Menor es Seminario Mayor Redemptoris Mater y en él hay en la actualidad 11 alumnos, curiosamente de ocho nacionalidades. Y es que sigue las reglas del llamado Camino Neocatecumenal (fundado precisamente por otro leonés, el primero pintor Kico Argüello, de ahí el nombre genérico de los kicos). Tienen una «vocación misionera» y, según explica uno de los formadores, el polaco Maciej Jurczyk, «yo vine aquí ‘por sorteo’, despuésal ordenarte vas dos años a misiones y yapuedes regresar, como he hecho yo».

Y así, de aquella fábrica queda esta cantera, pues los alumnos de este seminario son la mayoría de los que se han ordenado sacerdotes en los últimos años (llevan 10 años en León). Hoy mismo se van a ordenar cuatro nuevos y tres de ellos son del Redemptoris.

- 11 alumnos de ocho nacionalidades, ¿sólo un español?
- Sí, curiosamente el mayor de todos ellos, tiene 47 años, es valenciano. Tenía su vida muy encarrilada, era un gran empresario al que le iba muy bien, pero lo dejó todo.
- ¿Y cómo se finacia este seminario, el edificio era una ruina y la parte que ocupan está muy bien?
- Con un milagro...

Y lo cuenta. «Un día nos llaman que ha fallecido un hombre, Jalón, que nos quería dejar su herencia ¿Cuánto será?, preguntamos. Nos dijo que era un hombre normal, 30 ó 40.000 euros tal vez. Cuando nos llegó era un millón».

Llámale milagro.
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