De banderas y carreras

27/05/2022
 Actualizado a 27/05/2022
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Somos los leoneses muy de sacar la banderita del rampante a la mínima ocasión, evento o fiesta de guardar. Lo cierto es que a ojos del forastero quizás no tengamos mucho de lo que presumir, yendo por ahí orgullosos de ser de una provincia en absoluta decadencia, que se muere ante la vista de todos e incluso con la aprobación de los que pueden hacer algo por evitarlo. Pero no hay demasiados lugares con un sentimiento de pertenencia mayor que este, supongo que porque aún queda algo por lo que luchar.

Este pasado fin de semana estuve en Barcelona sufriendo el Gran Premio de Fórmula 1 en Montmeló (lo del calor y la desastrosa organización dan para otra columna) y fueron muchas las banderas magenta que encontré, aunque obviamente diluidas entre una marea de enseñas de todos los rincones del mundo entre las que, como casi siempre que hay un prao listo para una verbena o un evento automovilístico de por medio, las asturianas fueron mayoría.

En medio de la marabunta, existía cierta pelea entre los asistentes porque fuera la bandera de su pueblo la que se viera por televisión en todo el mundo y, tras un concienzudo estudio el primer día, la situación de la misma en el circuito el segundo incluso precedía a la de la sombrilla, silla y nevera en contra de todas las normas del Estatuto de Benidorm. Pronto llegó el gozo al pozo y es que la organización obligó a quitar cualquier bandera que estuviera en el tiro de cualquiera de las decenas de cámaras fijas con las que contaba la realización. No sin discusiones con los responsables de seguridad todas ellas desaparecieron. Solo una oportunidad había de ver tu bandera en televisión, la de que una de las cámaras se fijase en tí. Curiosamente, una de las pocas que se vio fue una de... Castilla y León. ¿Quién carajo tiene una bandera autonómica en su casa si no es para tachar castillos o leones y cuánto pagaría la Fundación Villalar para esos 3 segundos de protagonismo?

También había otra opción de ver la bandera de tu pueblo por televisión, aunque bastante más difícil: que un paisano piloto ganase una de las carreras del fin de semana. Y eso es poco para un tío de León. Enhorabuena David.
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