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De anzuelos y redes

30/05/2022
 Actualizado a 30/05/2022
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Lo de que las redes sociales son un vertedero al que va a parar buena parte de la basura intelectual y moral que anda por ahí suelta no es ningún secreto. De hecho, creo que en alguna ocasión más le había hablado de esto. Y como muestra de que muchas veces las redes sociales son un desagüe que canalizan lo que no vale para otra cosa en esta nuestra bendita sociedad, desgraciadamente le sobrarán ejemplos nada más abrir cualquiera de las aplicaciones que usted tiene instaladas en su teléfono móvil aunque nada más sea ocupando espacio.

Pero piense que también son un buen negocio. Un negocio a tener en cuenta para los dueños, en primer lugar, tan lógico como legítimo, pero también para quienes aprovechan los tentáculos de las redes sociales para hacer crecer sus empresas a veces sin costarle un céntimo; ese es el verdadero encanto y el mejor secreto detrás de un inofensivo ‘clic’ de cualquier usuario a un enlace o al compartir una información.

En el mercado de la publicidad a esto se le llama ‘clickbait’, que ha sido traducido al español sería algo así como ciberanzuelo, cebo o anzuelo de clics para que la gente pique, pero utilizando un neologismo en inglés para describir a los contenidos en internet que apuntan a crear ingresos publicitarios usando titulares y miniaturas de forma sensacionalista y engañosa para atraer el mayor número de visitas posibles. Porque ya sabe que la audiencia en la red son clientes que entran por la puerta de la tienda en un comercio de los de toda la vida.

Por mucho que intenten venderle lo contrario, cada vez son más medios los que se apuntan a esta moda tan molesta con titulares que dicen algo así como «[…] actuará en estas cinco ciudades», «Come esto que tienes en casa para tener beneficios inmediatos» sin que necesariamente uno busque algún tipo de beneficio, «Este es el secreto de belleza de las famosas», «Lo que los súper no quieren que sepas» o «Sorteo de […], comprueba si te ha tocado». La lucha por captar el interés de los lectores en internet deja titulares tan absurdos que para evitar caer en el anzuelo a veces lo mejor es no lanzarse al agua para que, al menos, no le tomen por tonto.
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