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De alta sensibilidad

05/02/2019
 Actualizado a 19/09/2019
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A veces sucede que todo confluye. Y es, entonces, cuando sonríes pensando que quizás haya por ahí unos duendecillos que, Dios sabrá por qué, han decidido por ti que, de repente, todo te cuadre.

Y es que la semana pasada el protagonista de mi último relato –Niebla–, le está contando a su psicólogo lo que precisamente les sucede a las personas altamente sensibles (PAS) como se recoge en el documental Sensitive y oí personalmente de labios de la leonesa Carmen Blanco, la presidenta en España de la Asociación de Personas con Alta Sensibilidad.

Son (¿somos?) un 20% ó 25% de la población. Tienen un sistema neurosensorial muy fino y por tanto perciben más de la realidad que el común de los mortales (el 50%, pues hay otro 20% ó 25% que están en el extremo opuesto). Y al percibir tanto y con tanta intensidad, padecen momentos o periodos de bloqueo, como una esponja que se llena y acaba desbordando. En esa situación de saturación, de sobre estimulación, es posible, ya que tienen un bajo nivel de tolerancia al estrés, que no sean para nada empáticas y reciban fatal las críticas. En esos momentos las PAS buscan soledad, alejarse del mundo y de todos sus múltiples influjos.

Están en continua lucha con el ideal cultural de nuestro tiempo: el dejar que todo fluya, que nada nos afecte. Especialmente delicada es la situación de los más jóvenes cuando reciben, de las personas cercanas que les quieren, mensajes que contradicen sus sentimientos y que pueden provocar problemas de autoconciencia y de autoestima: «los niños no lloran», o «no me seas tan sensible que la vida es muy dura», o «no se te puede decir nada porque enseguida te enfadas». En esos periodos de saturación, han de saber mirarse a sí mismos e intentar obviar los mensajes ajenos.

Si eres PAS, que es un rasgo neutro de personalidad (ni bueno ni malo, con ventajas y desventajas) podrás acompañar en el dolor, tu creatividad será desbordante, tendrás empatía, es posible que estés comprometida con los ideales de justicia y quieras dar un sentido trascendente a todo lo que haces: mejorar el mundo. Prueba a hacer el test que puedes encontrar en la web de la Asociación y saldrás de dudas.

Me parece que, en este mundo de las prisas, de las relaciones de quita y pon y donde nos valoran por lo externo y lo útiles que somos, las personas altamente sensibles son más necesarias que nunca. Cuidémoslas.
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