Date una vuelta por los caballitos

«Date una vuelta por los caballitos» era la frase más utilizada para pedirle al personal que se le pasaran los enfados, aparcara los malos rollos y, como dicen ahora los chavales, alineara los chacras, que, sinceramente, no sé lo que es ni me voy a poner a mirarlo porque os confieso que cada vez me cae peor el tío Google, que siempre fui partidario de los sabelotodo porque interpretan al pie de la letra y yo soy mucho del vuelo libre de las ideas y las palabras.

Viene la expresión de aquellos tiempos en los que los caballitos eran lo más grande que nos podía pasar en nuestrasvidas; la categoría de las fiestas se medía en si tenían caballitos o no, ligar en la ciudad tenía mucho que ver con acudir hasta los caballitos y aprovechar los tiempos libres mientras los niños viajaban y las fichas duraban algo más de tiempo. Y ya ni te cuento la deuda de una generación pre-conservatorios en la que sus integrantes aprendimos música el los coches de choque, caballitos al fin.

Los caballitos son la vida. Y los recuerdos, por eso siguen llevando a los hijos allí porque les gustan a los padres.

Y como es vida también esmetáfora. Ahí tienes al muñeco que comienza a deshincharse, como lo van haciendo unas fiestas que se anunciaban como un sueño y nos están dando cifras de pesadilla.

Pero tampoco te agobies o, si no, date una vuelta por los caballitos.