lidia-colinas.jpg

Dar la vuelta al reloj

26/01/2020
 Actualizado a 26/01/2020
Guardar
Matar el tiempo antes de que este nos mate a nosotros, eso es en lo único que estoy pensando ahora mismo. De nuevo, me encuentro escribiendo estas líneas en la sala de espera del aeropuerto de Bruselas, que ya parece mi segunda casa, mientras espero a que sea la hora de poder embarcar para volver definitivamente a España. Esta vez no tengo gente pintoresca alrededor más allá de un hombre que no deja de caminar de un lado a otro y de unas chicas, un poco más pequeñas que yo, que están viendo vídeos en el móvil de una de ellas y riéndose a carcajadas. Sin duda, están haciendo lo mismo que yo: matar el tiempo.

Aún me quedan varias horas por delante y muchas cosas en las que invertirlo, pero ahora no se me ocurren. Cuando tenemos todo el tiempo del mundo por delante, no sabemos que hacer con él. Cuando hay que vivir al milímetro porque no queda otra, el tiempo se convierte en el recurso más escaso del mundo. Sin duda alguna, es uno de nuestros bienes más preciados y, como suele decirse, si alguien te regala su tiempo, te está dando aquello que jamás recuperará.

Es innegable, y más aún teniendo en cuenta el párrafo anterior, lo filosófica, o intensita, depende del sentido que cada uno quiera darle, que me he puesto y tengo la firme convicción de que es porque hoy se cierra una etapa de mi vida; hoy se acaba mi Erasmus. Hoy he puesto punto y final a una de las experiencias más increíbles que he vivido hasta ahora; cerca de cinco meses en Amberes, estudiando en un idioma que no es el mío y rodeada de gente que han pasado de ser extraños a convertirse en una ‘familia’.

No suelo pensar eso de que «cualquier tiempo pasado fue mejor», sino que suelo estar abierta a todas las nuevas experiencias que me vienen por delante, pero ahora mismo me encantaría darle la vuelta al reloj y poder disfrutar un poco más de mi ‘familia internacional’. Esta columna va por todos ellos, por todo lo que he disfrutado con todas y cada una de las personas que me he ido encontrando en esta etapa y, sinceramente, porque con ellos el tiempo no se mataba, sino que se vivía.
Lo más leído