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Daños colaterales

31/03/2016
 Actualizado a 19/09/2019
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¿Quiso algún equipo ganar el derbi? La Cultural lo intentó, a pesar de su comatoso estado futbolístico, tirando de acciones a balón parado, su habitual argumento. El Astorga pareció más temeroso, a pesar de sus numerosos delanteros en el once. Los minutos finales dejaron un panorama desalentador: unos rotos en pedazos y otros impotentes.

El partido deja mal parados a varios de sus protagonistas. Juan Ferrando actuó, al fin, de entrenador, no solo de ‘alineador’. Se bajó del caballo tras permanecer enrocado semanas y semanas en un plan sin recorrido. Al menos en época de depresión. Se contradijo asimismo y apostó por el esquema que venía pidiendo a gritos parte del vestuario (Burgos, Santander…). Un equipo más resguardado, más profundo, que hizo aflorar virtudes individuales. Ha perdido un tiempo precioso. Se le tomará el pulso a partir de ahora: la Cultural debe insistir en la nueva idea y hay pesos pesados señalados.

A Paulino hay que agradecerle su aparición en el partido al que sacó de la monotonía. La tomó injustamente con Aketxe y perdió los papeles. A pie de banquillo, en el túnel de vestuarios con sus graves insultos, en el acceso a la parte alta del estadio y también ante los medios. Tener a un equipo al borde del descenso no parece la mejor disposición para atacar al rival y cuestionar sus planteamientos. Él solo se ha cerrado la puerta. El derbi acabó sin los ‘9’ en el campo gracias a los excesos del colegiado, por mucho que Roberto Puente y Aketxe no se lo pusieran fácil. Dejaron huérfanos a dos ataques mejorables. Navas y Orodea están agotando la paciencia, Iago fracasó en un escenario que medía su talento y Bandera jugó tan alejado del área que resultó intrascendente.

Terminó el público mirando al palco imaginando un pase de Villafañe, una galopada de Ovalle y un cabezazo de Marianín o Larrauri. Cuarenta y cinco años después se les sigue añorando.
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