Dando un futuro al Ademar

20/07/2018
 Actualizado a 14/09/2019
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Parece que ha pasado un mundo, pero hace sólo cinco años que todos veíamos peligrar la supervivencia del Ademar. La deuda era enorme, las urgencias acuciaban y sólo la entrada en concurso de acreedores permitió que la historia del club leonés no llegara a su fin. Era el inicio de un largo y tortuoso camino que, por fin este mes, parece que llegará a su final.

No es nada fácil cumplir el convenio. Lo saben infinidad de clubes que se han visto obligados a recurrir a ello. Incluida la Cultural, que hasta la llegada de Aspire seguía arrastrando deudas que en cualquier momento, si alguien denunciaba, podían ser mortales.

Por eso, lo hecho por la directiva del Abanca Ademar es digno de elogio. Por supuesto Cayetano Franco y los suyos han cometido errores, pero el legado de dejar la deuda a cero es el más importante que se le podía exigir y eleva como mínimo al notable el balance de sus cinco años, porque le hace al club y su gente el mejor regalo posible: el tener un futuro y la posibilidad de hacer un proyecto sin cargas y con las ambiciones de antaño, y todo ello habiendo mantenido el nivel competitivo durante el proceso.

Eso es innegable, como también lo son los riesgos del famoso pabellón que el club tiene entre ceja y ceja. ¿Que la base lo necesitaría? Sin duda. ¿Que es una temeridad embarcarse en un gasto que va más allá del triple del presupuesto que tuvo este último año el club leonés? También.

La idea es iniciarlo «sólo si el coste para el club es cero y el pabellón lo genera». Pero cuesta imaginar que en La Lastra, cerca del Coto Escolar, sean capaces de atraer tal suma de atención de establecimientos comerciales. Ojalá fuera posible, pero hay que ir con pies de plomo y no embarcarse sin absolutas garantías en un proyecto faraónico que vuelva a lastrar el futuro que ellos mismos han conseguido aclarar.
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