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Dagas envenenadas

01/08/2017
 Actualizado a 16/09/2019
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Hace unos días tuve la suerte de atravesar Españaa través dela Ruta de la Plata lo tuve que hacer en coche ya que el trazado deltren lo estándesmantelando, haciendo paradas en Salamanca, Cáceres, Sevilla, hasta llegar al mar que bañala costa gaditana, con el blanco de cal de los pueblos encaramados en la sierra, libres de desahucios, una media luna y una brisa suave acariciando la piel y despejando la mente del stress acumulado durante elúltimo periodo de un trabajo sin tregua, de pocos agradecimientos ,de la corrupción que no acaba, del desempleo que no se frena, de contratos precarios, de empresas que no respetan los convenios,de juicios a sindicalistas por defender el derecho a la huelga y la derogación de la ley mordaza, de una violencia de género que nada se hace para combatir tal horrible terrorismo machista, de los que naufragan por ir en busca del dorado , de los que abandonan su tierra perseguidos porideología o guerras provocadas en nombre vete tú a saber de qué gobierno llamado dios, de los perdidos en los cajeros con colchón de cartón,de las miradas tristes y desoladas de nuestros mayores con sus pensiones congeladas, del cierre de camas en los hospitales y largas listas de espera…

Sí , he tenido el atrevimiento de cogerunos días de vacacionessin tener el sentimiento de culpa por ejercer el derecho que recoge el Estatuto de los Trabajadores, ya queel periodo vacacional no podrá ser inferior a30 días ni sersustituible por compensación económica, derecho que debe ser de obligado cumplimiento señora Cifuentes, que con sus intencionadas palabras dañan como dagas envenenadas ya de por sí la maltratada clase trabajadora, explotada por un gobierno que a través de la Reforma laboral, quiere imponer políticas neoliberales con acuerdos de libre comercio.

Ya de vuelta se que volveré a la despoblación, como tierra perdida en el interior seco y frío, de mi pueblo, que bosteza.
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