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Daenerys presidenta

11/04/2019
 Actualizado a 19/09/2019
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Este fin de semana regresa ‘Juego de Tronos’, la serie más exitosa de la década que bien podría servir perfectamente como guión del tablero político al que nos hemos acostumbrado: cambios de estrategias, traiciones de propios y extraños para alcanzar el poder, inquietantes pactos entre ‘casas’ y hasta declaraciones unilaterales de nuevos ‘reinos’. Y es que ahora que se aleja el invierno en León y se acerca para Poniente se pueden ver ciertos paralelismos entre España y los siete reinos. Tal vez nuestros políticos no tengan las manos manchadas de sangre como casi todos los aspirantes al trono de hierro, pero sí se acusan de ello. Puede que no se llegue al incesto de los Lannister, pero también surgen escarceos entre la zona noble de una misma casa. Quizá no tengan a la Araña en sus filas, pero parece que no es impedimento para hacer espionaje a sus adversarios. En España quizá no haya un ejército de caminantes blancos en la frontera (problema que alguno casi intenta vender) pero sí amenazas serias, tanto ideológicas como territoriales, que ni aún así sirven para un pacto de las dos grandes ‘casas’. En Madrid no se decapita a ningún Stark, pero sí ruedan cabezas en purgas internas. Aquí una bruja roja no da legitimidad a un rey, pero alguno casi cree que su cargo le pertenece por derecho divino. Los políticos no vuelan en dragones, pero algunos sí en Falcon. Con estas temporadas en las que uno no sabe dónde acaba la ficción y dónde comienza la realidad, solo queda pedir que Daenerys se pase por Moncloa cuando arregle los siete reinos.
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