Currículum

16/12/2017
 Actualizado a 17/09/2019
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En mi generación estamos ya más que hartos, por no decir que nos estamos acostumbrando y nos parece hasta normal, el hecho de tener que tragar con curros que no se adecúan a nuestra formación, ni a nuestras expectativas laborales ni por supuesto a nuestros sueños económicos. Pero bueno, ahí vamos, unos mejor que otros, pero vamos tirando ¿no? Y parece que la cosa mejora, o eso nos dicen. También hay gente que está muy sensibilizada con el tema de buscar trabajo e ir a entrevistas en las que te piden mil requisitos, que tengas no se cuantos cursos, idiomas, experiencia, etc. cuando apenas acabas de empezar en la jungla del mercado laboral. Y justo a esta gente, y a mucha otra que en mi opinión no han sabido captar la ironía, les ha sentado como una patada en el estómago la última campaña de Burger King. Sí, porque a la marca le ha dado por hacer una pequeña broma a través de la publicación de una oferta de trabajo falsa en la contraportada del diario 20 Minutos. El puesto en cuestión era para repartidor de su servicio a domicilio y entre los requisitos que pedían destacan: estudios superiores, conocimientos de matemáticas, literatura, historia, política, etc., habilidades con videojuegos y aptitudes musicales y de canto. En una letra muy pequeñita, la compañía advertía de que este anuncio pertenece a su campaña ‘Play for the Wopper’, por lo que no es real. Pero nos ponen un capote delante y entramos como miuras, incluídos políticos, twitteros de renombre y personas de a pie que mostraron a través de sendos comentarios en redes sociales su absoluta indignación. ¿El resultado? Un éxito rotundo para Burger King en cuanto a campaña de marketing de la que todo el mundo habla. Que hablen, aunque hablen mal, que suele decirse. No se cómo les afectará a nivel de imagen de marca, aunque por todos es sabido que este tipo de empresas no son especialistas en trabajos bien remunerados, por lo que es una clara sátira de sí mismos. ¿Es ético? Puede que no. Pero por favor, un poco de sentido del humor, que de quejas y lamentos ya estamos más que hartos también.
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