17/01/2017
 Actualizado a 15/09/2019
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Hoy es San Antonio. Hay mucha gente devota de San Antonio, aunque no todo el mundo sabría decir de qué San Antonio de trata, si del que se celebra el diecisiete de enero, San Antonio Abad, o si de San Antonio de Padua, cuya fiesta tiene lugar el trece de junio. El primero vivió en el siglo cuarto y el segundo en el siglo doce. Al primero se le invoca para proteger a los animales y al segundo para obtener novio o recuperar objetos perdidos. Reconozco que a este último acudo con tanta frecuencia como pierdo llaves u otros utensilios, o sea, cada día. En cuanto a San Antonio Abad, también llamado san Antón, se entiende que tenga muchos devotos en los pueblos, especialmente porque a él han venido encomendando sus ganados. Recuerdo que en Iruela de Cabrera, donde siempre ha tenido mucho poder de convocatoria la ermita del santo abad, decían que en cierta ocasión al cura, que no quiso tenerles la novena, se le murió el caballo. Pero no me parece justo pensar que el santo pudiera ser tan vengativo.

Lamentablemente van desapareciendo los pueblos y con ellos los rebaños y ganados, pero se multiplican por doquier en las ciudades los llamados animales de compañía o mascotas, cuyos dueños tampoco dudan en seguir confiando en el santo patrono de los animales, acudiendo a pedir su bendición en las iglesias donde se realiza dicha ceremonia.Y casi como por arte de magia y sin necesidad de ninguna promoción la nueva parroquia del Buen Pastor de Ponferrada ha visto cómo desde hace dos años muchos perros y gatos del barrio acercan a sus dueños al pórtico del blanco templo para recibir el agua bendita. No es mala idea, aunque lo ideal es que los dueños sigan acudiendo a lo largo del año.

Confieso que, habiendo vivido desde niño en compañía de animales domésticos y ejerciendo en múltiples ocasiones el pastoreo, nunca fui devoto de perros ni gatos. Pero hete aquí que por circunstancias de la vida llegó a mis manos una pobre perrita, triste y desahuciada, falta de cariño, sin que me hiciera mucha gracia. Lleva ya más de un año haciéndome compañía. Le pusieron de nombre Cuqui. Si Dios quiere, este año acudirá por segunda vez a la bendición de San Antonio. A veces me gustaría que pudiera hablar y saber qué piensa. No voy a decir que es la mejor persona que he conocido, pero ya quisiera que muchas personas fueran tan fieles y nobles como ella. Los últimos papas se han planteado el tema del alma de los animales. Lo que no podemos dudar es que son criaturas de Dios muy queridas por Él.
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