En el día teóricamente más complicado, ese en el que visitaba el Reino de León un Racing de Santander que llegaba como colíder y con una plantilla hecha a base de talonario que tiene el ascenso como único y claro objetivo, apareció la mejor Cultural.De la pésima versión de las últimas semanas no quedó ni rastro y, transformados en una apisonadora, los de un Ramón que recupera crédito en un día clave para él fueron claramente superiores, mostrándose sólidos atrás, dejando su portería a cero por primera vez y goleando 3-0 a su rival.
Parecía mentira que el equipo que este domingo se exhibió en el Reino y el que dejó una pésima imagen en Ferrol y Tudela fuera el mismo. Aunque en realidad no lo era, pues hubo detalles clave que contribuyeron al radical cambio.
Con 0-0 Sotres hizo un paradón en un cabezazo picado de Torre. El Racing no tuvo más ocasiones claras Por fin, casi dos meses después de su última titularidad en el Reino, Galder Cerrajería volvió al once. Y vaya si lo notó el equipo. Ese centro del campo que se veía superado casi cada día ganó en entereza y criterio con su presencia, y además el vasco le puso la guinda a su sólida actuación con un ‘golazo’que abrió el marcador en la última jugada de la primera mitad.
Él se lo guisó y se lo comió para abrir la lata y romper un partido de mucho control y sólo una llegada peligrosa. Cogió el balón a unos 35 metros de la portería, condujo, hizo una pared con Solís para pisar área, le tiró un caño al defensor y sin apenas ángulo amagó con el centro tirando a un meta que se fue a taparlo y le abrió ese mínimo hueco que aprovechó para marcar.
Cambió el choque su tanto, como antes podía haberlo hecho un cabezazo de Pablo Torre de no aparecer el Dani Sotres que la Cultural esperaba fichar en verano y que hasta ahora no se había visto. No sólo no firmó su primer encuentro sin un grave error, sino que mostró seguridad y salvó a su equipo cuando en el minuto 42, en un centro lateral de Bustos, Torre le ganaba la partida a Castañeda y conectaba un gran remate picado que le botaba delante pero conseguía despejar in extremis.
Cerrajería le cambió la cara a la medular e hizo el 1-0 en una acción con pared, caño y amague para tirar al portero Por primera vez en lo que iba de liga y ante uno de los equipos con más argumentos ofensivos, aunque con un planteamiento muy conservador buscando únicamente las contras, la Cultural se mostraba sólida atrás y no encajaba ningún gol.
Y no fue mérito sólo de Sotres. Que Castañeda sea un seguro de vida no es algo nuevo. Que Galas está yendo a más tampoco. Pero dos nombres sobresalieron en la zaga: Moreno y Rodri.
El ‘todoterreno’ cedido por el Rayo Vallecano porque tapó por fin lo que venía siendo partido tras partido un agujero. No es su puesto. No es que pueda brillar allí. Pero comparado con lo anterior, es un coloso. Tuvieron que pasar 11 jornadas y lesionarse los dos jugadores específicos de esa posición para probar otra cosa y conseguir que tu lateral derecho no fuera un esperpento y una autopista para un rival que traía la lección aprendida e intentó atacar siempre por ahí, pero se encontró con un diamante en bruto capaz de rendir en cualquier posición que se le ponga.
Aarón, que rozó el gol en la primera parte, puso el 2-0 con un zambombazo a la escuadra desde la frontal ¿Y el canterano de sólo 19 años? Porque se doctoró ante uno de los mejores delanteros de la categoría, un Cedric al que le ganó todos y cada uno de los duelos, hasta el punto de desesperarle y que le soltara una patada a destiempo que le costó la roja directa y dejó al Racing con diez cuando ya perdía 3-0. Perfecto en el corte, por arriba o cuando le encararon, demostró que hay central para muchos años y que la que debe ser una larga historia debe empezar a escribirse ya.
Fue uno de los tres leoneses que acabó sobre el césped en una Cultural donde si algo no se puede echar en cara a Ramón es que no esté apostando por la cantera. También lo hizo el capitán del Júpiter Javi Fernández, que salió con 1-0 y volvió a dotar de mayor equilibrio a la medular y a demostrar que puede ser una pieza útil. Y por supuesto, un Aarón que es capítulo aparte.
Parece que sólo sabe meter ‘golazos’ el leonés, que volvió a ver puerta en el 2-0 que dio tranquilidad. Había tenido ya la única oportunidad leonesa de la primera parte, cuando desde la esquina del área grande buscaba un disparo con efecto que el meta sacaba de la escuadra con una gran mano. Y a la segunda no falló.
Minutos después de que Rovirola se retirara lesionado en la peor noticia del partido y de que entrara al campo el excapitán leonés Sergio Marcos, que entró entre aplausos y pasó desapercibido en su regreso, Aarón recibió en la medialuna del área grande, hizo un control orientado y se sacó un ‘zapatazo’ tremendo que quitó las telarañas de la portería pese a llegar a tocarla el meta.
Obolskii dio 2 asistencias de gol... que casi fueron tres. Rovirola se lesionó y el Racing se quedó con 10 ya con 3-0 ¿El pase? Se lo había dado otro de los grandes protagonistas: un Obolskii que no pudo hacer más en menos tiempo. Entró cuando Javi Fernández, con 1-0 y destinado a la banda izquierda, y desde esa posición fue decisivo, pues en 10 minutos dio dos asistencias de gol que a punto estuvieron de ser tres.
La primera fue el 2-0 de Aarón. La segunda, centrando de primeras tras un balón que peleó y ganó Castañeda, la remató en el área pequeña ese ‘killer’ que es Ander Vitoria, que a su incansable trabajo y eficacia en el juego de espaldas sumó ese tanto que sentenciaba con el 3-0 a casi 20 minutos para el final. Y la tercera, con los dos mismos protagonistas del tercer gol, se le iba esta vez por milímetros arriba al punta.
Fue la receta con la que se cocinó la mejor Cultural. La que protagonizó una versión de esas que cambian dinámicas e invita a pensar en cotas mayores.