De la nieve que el sábado cubríael césped del Reino no quedaba ni gota en el momento del arranque gracias al trabajo matinal de empleados y aficionados. Y de la Cultural que había brillado aun sin goles en varios tramos de los partidos de la ‘era Aira’ tampoco hubo ni rastro en una mala primera mitad que finalizó sin una sola llegada leonesa.Pero de repente, tras el paso por vestuarios, todo cambió.A las primeras de cambio, antes de que algunos aficionados hubieran regresado a sus asientos, los leoneses ya habían abierto el marcador al rematar Aridaneun centro de Ortiz. Y con el viento a favor la imagen fue otra mucho mejor. Aumentó la presión y con ella el tiempo que se tardaba en recuperar en defensa, pero también la velocidad del balón en ataque, empezando a sucederse las llegadas, en una de las cuales el punta canario aprovechaba un servicio del reaparecido Saúl para hacer el segundo.
Todavía hubo incertidumbre y empate del ‘goal-average’ particular porque el Pontevedra, a cinco minutos para el final, aprovechó su primer tiro a puerta del partido para hacer gol con un ‘zapatazo’ desde 30 metros de Álex Fernández, pero la victoria era ya inapelable. Aridane volvía a teñir de blanco el Reino. La Cultural daba de nuevo motivos para la esperanza y mantenía el pulso de la cabeza tras su triunfo ante uno de los tres rivales directos que le esperan en las cuatro últimas jornadas. Los tres puntos se quedaban en León en un partido con tres claros protagonistas.
De 2 pérdidas llegaron las 2 ocasiones del Pontevedra. Arruabarrena dio al suelo en la más clara ante Palatsí Uno, por supuesto, Aridane. Desaparecido hasta el descanso, demostróen la segunda que lo suyo es el remate y que si se la pones en buena posición dentro del área el balón va a acabar en el fondo de la red. ¿Otro? Sin duda Saúl, que cinco semanas después de romperse una costilla volvía al once y, tras estar a punto de costar un gol del Pontevedra un grave error suyo en la primera mitad, acabó siendo protagonista fundamental después en los dos goles culturalistas. ¿Y el tercero? Dioni, que debutó a falta de cuatro minutos para el final, sin llegar a poder entrar en juego pero recibiendo la tremenda ovación de una grada que le había pedido insistentemente en el tramo final.
Nombres propios de un partido en el que, eso sí, el mejor sobre el césped fue un Sergio Marcos imperial y recordando a su mejor versión; y en el que, para permitir las alegrías de la segunda mitad, fue salvador un corte en la primera de un Bernal que cada vez convence más en el centro de la defensa.
Y es que, en un primer acto en el que un disparo de Yeray desde la frontal que se iba ligeramente desviado era la mejor aproximación culturalista, el Pontevedra estaba a punto de sacar petróleo de dos pérdidas leonesas.
En la primera, de Saúl, llegaba el citado Bernal para repeler el disparo a bocajarro de Vázquez. En la segunda, la más clamorosa, de un robo a Capilla se fraguaba un tres para uno que acababa con Arrubarrena solo ante Palatsí... y con una pésima definición, pues la pegaba al suelo y se iba muy desviada.
Edu salió a tapar un disparo sin ángulo de Ortiz, que la puso atrás para que Aridane hiciera el 1-0 a portería vacía ‘Perdonaba’ el goleador gallego y lo pagaría muy caro. Porque a los tres minutos de la reanudación se rompía la igualada. Fue en un balón largo de Iván hacia la cabeza de Aridane, que se la ponía para la carrera desde atrás de un Saúl que por garra y aprovechando un rebote se colaba entre dos defensores y ponía el centro al segundo palo, donde llegaba un Ortiz que sin ángulo pero ante la mala salida para tapar del portero la ponía atrás para que a puerta vacía en el área pequeña Aridane hiciera el 1-0.
Con el empate roto el partido se abrió mucho más. La tuvo Ortiz en un ‘centro-chut’ que se envenenó y Edu acabó sacando con dificultades a córner y también Romay para el Pontevedra en un cabezazo tras una falta lateral que se iba ligeramente fuera. Pero, quien volvió a acertar, fue Aridane, para cerrar el encuentro en el minuto 67.
Cuando parecía sentenciado con el 2-0, un zapatazo desde 30 metros de Álex devolvió al partido al Pontevedra De nuevo venía el gol de una jugada por la banda derecha, esta vez con Sergio Marcos habilitando con un pase al espacio a Saúl, que de primeras ponía un centro al primer palo en el que Aridane llegaba libre de marca para fusilar en el área pequeña a Edu.
Era el 2-0 que parecía dejar visto para sentencia un choque que, cuando parecía muerto y visto para sentencia, se volvió a abrir. Porque en el 87, apenas dos minutos después de haber entrado al campo, Álex Fernández tiraba desde una distancia de más de 30 metros, sin que ningún defensor le saliera a achicar, un gran ‘zapatazo’ ante el que Palatsí reaccionaba muy tarde y que se colaba pegado al palo a media altura.
Sin embargo, el 2-1 sí que no se movería, porque supo dormir y matar el partido la Cultural para no sufrir y mantener lo que se había merecido ganar.