No se le puede negar la personalidad a Idiakez. Una semana después de revolucionar el once y ser el centro de las críticas por caer tras ello contra el Covadonga, de nuevo volvió a apostar por una revolución. Esta vez de sistema, jugando sin laterales y con sólo tres defensas. Una apuesta arriesgada y novedosa que, en caso de salirle mal, iba a situarle de lleno en la diana. Pero que esta vez llegó a buen puerto y sirvió de puente hacia la victoria.Lo hizo sobre todo gracias a un nombre propio, el de Julián Luque, que se encargó de sacar brilló al plan de Idiakez. Aportó durante todo el choque la verticalidad y llegada que nadie más en en la segunda línea estaba dando y fue el encargado de transformar en goles el paso adelante que la Cultural dio en la segunda parte, asistiendo primero a Bravo para que hiciera el 1-0 y marcando él mismo el segundo a pase de Dioni.
2-0 acabó imponiéndose la Cultural, que a falta de que la próxima semana se cierre el otro subgrupo, pasa a la segunda fase como segundo en el suyo, con el Burgos inalcanzable a ocho puntos, pero incluso en el peor escenario de que en ella ganaran Zamora y Unionistas arrancándola a sólo un punto de los puestos de ‘playoff’ de ascenso.
La Cultural se atascó contra el ‘autobús’ del Marino en la primera parte, pero generó 8 llegadas claras en la segunda Con todo en el aire y la moral renovada se planta en la próxima parada la Cultural, que tendrá una semana libre para recuperar a los ‘tocados’ (Araújo y Héctor se unieron en la lista de bajas a Castañeda y Kawaya regresó en el tramo final pero está lejos del 100%) y se reconcilió con una afición molesta por el último tropiezo y que al descanso le había despedido con algún pitido.
Y es que la primera parte el conjunto leonés estuvo gris. No era fácil entrarle al Marino, que puso un ‘autobús’ en toda regla, renunciando por completo al ataque y teniendo hasta 8 jugadores permanentemente cerca de su área, y nublando las ideas de una Cultural que si bien no permitía nada atrás cerrabala primera parte sin generar ni una sola ocasión ni probar al portero rival.
Faltaba velocidad en el juego y sobraba horizontalidad en la idea para encontrar resquicios en la poblada zaga rival, se veían incapaces de desbordar las bandas donde Pipo y sobre todo Álvaro Juan volvían a estar muy desacertados, y se llegaba a vestuarios siendo la mejor ocasión visitante, de un Matador que remataba fuera un saque de esquina en la que prácticamente era la única vez que el Marino se acercaba a Zubiaurre.
Sin embargo, tras el descanso todo cambió. Subieron líneas los leoneses, aumentaron la intensidad, agresividad y sobre todo el ritmo, y comenzaron a sucederse una tras otra las ocasiones, todas con Luque con protagonista.
Bravo rompía su gafe con la definición y hacía el 1-0 tras anticiparse al portero en un maravilloso pase de Luque Primero, en un córner que colgaba y Virgil cabeceaba yéndose por poco arriba. Después, recibiendo en la frontal, colocándose el balón y soltando un tremendo ‘zapatazo’ que iba fuerte y pegado al palo, pero se encontraba con el ‘paradón’ de un Chechu Grana que volaba para despejar. Después, conectando por dentro con Bravo, que dentro del área controlaba bien pero enviaba su disparo alto. Y por fin, tras tanto ir el cántaro a la fuente, llegó el gol, repitiéndose la conexión anterior pero con un resultado mucho más positivo.
Con un maravilloso pase alto por encima de la defensa, Luque ponía ante el meta a Bravo, que se lucía en lo que más le ha fallado este año, la definición, se anticipaba al guardameta y marcaba rematando de primeras y sin dejarla caer. No estaba fino el madrileño, que otros días ha brillado sin el premio del gol, y que esta vez estando más gris sí que encontraba puerta y hacía un tanto que cambiaba el partido.
Porque, con 1-0, el choque murió. Ni con el resultado en contra cambió el Marino su esquema. Continuaron encerrados atrás y permitieron que los leoneses no sufrieran, se sintieran cómodos y rondaran una y otra vez una sentencia que llegaría a 12 minutos para el final.
El palo impidió que Virgil sentenciara. Lo hizo Luque al definir bien ante el meta tras robar Dioni en la frontal La había tenido Virgil, que en otro córner botado por Luque veía cómo su remate se topaba con el palo. También Dioni, siempre peligroso cuando recibe, pero que tras irse de varios rivales disparaba muy mal cuando lo más difícil ya estaba hecho. Y Luque, que en una falta forzada por Dioni en la frontal conseguía superar a la barrera pero veía cómo el esférico se iba alto por apenas unos milímetros.
Pero de un error del rival llegó la sentencia. La presión alta de la Cultural tuvo premio cuando Nacho Matador, siendo el último defensor, intentaba regatear haciendo una ‘ruleta’ a Dioni, que la robaba y se la dejaba a Luque, que con tiempo para pensar y solo ante el portero, definía a la perfección poniéndola en la escuadra.
El triunfo estaba hecho. Y la alegría acabó siendo doble. Porque quien más celebró el final, fue el Marino. Cuando se confirmó la derrota del Oviedo B, que suponía para ellos una salvación que tenían a nueve puntos al final de la primera vuelta, los gritos de los suplentes atronaron en el Reino. Y la celebraciónsobre el césped al acabar fue acorde a ellos. Fue su derrota más dulce. Fue un día en el que todos acabaron contentos.