Cuesta de enero o el Annapurna

04/01/2023
 Actualizado a 04/01/2023
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«Cuando marzo mayea, mayo marcea», dicen los paisanos para lamentar cualquier tipo de desvarío, humano, animal o meteorológico. Pero Zapico, que era sabio e iba siempre más allá, añadía: «Y ya no te cuento si en enero está la tierra para el tempero y al gastizo le sobra el dinero», que era tanto como hablarte de la famosa cuesta de este primer mes del año que arranca sin tener que recurrir a los tópicos de toda la vida.

Y qué mayor desvarío —marzo mayea— que los telediarios de la Navidad y días aledaños en vez de mostrarnos las nevadas que tienen que superar los camellos de los Magos, que siempre están de camino, insisten en sacarnos gentes tumbados en la playa y escribiendo a los Reyes Magos por una aplicación del móvil que te llevará a casa una furgoneta del reparto que nunca lleva una postal de Navidad ¿Qué habrá sido de aquellos niños a los que se podía atender con las ganancias de unas postales que te vendían los de Correos con cuadros navideños que pintaban los niños con los pies?

¿Has visto mayor desvarío —mayo marcea— que un paisano haciendo footing (hasta ahí llegué en las novedades de llamar en idiomas lo que toda la vida fue correr) en pleno mes de enero y además sin camisa porque el sol aprieta como si no supiera que estamos en el invierno?

En enero, desnudo y subiendo una cuesta... ¿tú crees que el bueno de Mauri no nos estará mandando un mensaje desde la cara oculta del optimismo en el que nos avisa de que lo que se nos viene encima no es una cuesta, es el Annapurna, que es un monte que no lo escala ni dios, según le tengo escuchado al Sebas Álvaro?

No te lo sabría decir, pero la verdad es que se están encendiendo todas las máquinas de meter miedo, insisten en su desvarío de que marzo mayea.
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