"Cuento el orgullo de ser hijo y nieto de mineros"

Ángel Fernández (Sabero, 1963) ha ganado el accésit del Premio Gil de Biedma con ‘La huerta de los manzanos’, que acaba de publicar Visor y es el Libro del Mes en el Museo de la Minería se su pueblo

Fulgencio Fernández
07/01/2020
 Actualizado a 07/01/2020
Fernández ganó el accésit con ‘La huerta de los manzanos’. |  CARLOS GARCÍA
Fernández ganó el accésit con ‘La huerta de los manzanos’. | CARLOS GARCÍA
«La nieve se adorna con jilgueros...» es el primer verso de un poema que se titula ‘Sabero’, perteneciente a un libro titulado ‘La huerta de los manzanos’, que ganó el accésit de la última edición del Premio Gil de Biedma y del que es autor el poeta de Sabero Ángel Fernández.

El premiado reconocía al serlo que «ha sido una sorpresa muy grata; es uno de los premios más importantes de poesía en lengua castellana y cuando me lo comunicaron reconozco que quedé conmocionado porque, además, unos días antes se habían dado a conocer los finalistas y no me había enterado por lo que ni estaba pendiente ni lo esperaba».

Recuerda que fue un amigo quien lo animó a presentarse, por lo que todo fue una sucesión de hechos casuales que desembocaron en un final feliz con el añadido de su reciente publicación en la editorial Visor, algo que como él mismo reconoció en la entrega del premio «casi ni me atrevía a soñar, ver mi libro en Visor». Lleva pocos días en las librerías y una entidad de su tierra, el Museo de la Siderurgia y la Minería (MSM) lo ha elegido como ‘Libro del Mes de Enero’, una iniciativa de animación a la lectura que viene desarrollando desde que abrió sus puertas, hace más de una década. «Es cierto que este libro en concreto es lo que yo he definido como un ejercicio de saberismo, pero a continuación tengo que mostrar mi enorme agradecimiento por la cantidad de muestras de cariño que he recibido de las gentes del Valle, a quienes tuve el privilegio de poder dedicar el premio hace pocos días cuando acudí a recogerlo en Segovia»; ya que es la Diputación provincial de esta provincia la que lo apadrina.

En su breve discurso de agradecimiento por el galardón el poeta y profesor leonés explicó las características del poemario galardonado. «Diría que es una memoria infantil, un libro escrito desde la memoria del niño que fui, allí en mi pueblo del valle minero de Sabero; pero es también una memoria familiar pues no solo hablo de mis recuerdos, escribo de lo que me contaban mis padres, las historias que me contaba mi madre, mis abuelos». Y cerró la explicación acudiendo a la situaciónde su comarca en la actualidad. «En los poemas están mis recuerdos de un valle en un tiempo, cuando estaba lleno de gente, todas las casas ocupadas, miles de personas donde ahora apenas quedan 200».

Una realidad que le llevó a reflexionar sobre el hecho de que «la despoblación trae el olvido, con este libro quiero colaborar a desterrar este estigma del olvido».

Unas reflexiones sobre un tiempo en aquelvalle que han reforzado los comentarios de algunos de sus lectores. Significativo podría ser el de Teresa Fernández Antón, quien recomienda este libro «que rememora, maravillosamente, vivencias de nuestra generación». Comparte aquello de lo que habla Ángel Fernándezy escribe: «Las décadas de los años sesenta y setenta del siglo pasado fueron una época de esplendor en muchas cuencas mineras, entre ellas la de Sabero. Miles de personas vivían en ella, llenando las casas de familias numerosas, las aulas del colegio minero de multitud de niños y las decenas de bares de cientos de mineros en busca de consuelo a su duro trabajo. En este ambiente duro pero solidario, donde los niños vivían buena parte del día en la calle compartiendo juegos y experiencias y acudiendo a carrera a la boca del pozo en cuanto sonaba la sirena que anunciaba un terrible accidente, se desenvolvió la infancia del autor».

Infancia que él reivindicó en su discurso de agradecimiento del premio que lleva un nombre muy significativo. «Jaime Gil de Biedma, un excelente poeta sin duda, se dolía un poco de pertenecer a la clase alta, yo sin embargo quiero reivindicar aquí el orgullo de ser hijo y nieto de mineros. Por ello, quiero dedicar este premio a Sabero y su gente, a los que están y a los que no están, ysiendo también una memoria familiar no puedo por menos que dedicárselo a mi familia, también a los que están y a los que no están».

Para recordar a continuación que «las cuencas mineras leonesas, asturianas, palentinas y de otras provincias españolas colaborado al desarrollo de este país «con e norme entrega y generosidad y ahora han visto cómo se han cerrado nuestras minas de una manera muy triste».
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