Cuenca 24 - Abanca 20: 'Encefalograma plano en ataque'

El Ademar se estrella contra Maciel y el 6-0 conquense / Los leoneses, que al descanso iban por delante, llegan sin opciones y con diferencias de más de 4 goles a los últimos 10 minutos

Jesús Coca Aguilera
11/11/2018
 Actualizado a 11/09/2019
Biosca intenta detener el tiro de Dutra durante una visita a Cuenca. | JAVIER QUINTANA
Biosca intenta detener el tiro de Dutra durante una visita a Cuenca. | JAVIER QUINTANA
Una y otra vez, ataques largos en los que no se encuentra buena posición de tiro. Una vez tras otra, jugadas que mueren en un lanzamiento de la primera línea que se marcha desviado o que detiene Maciel. Sin intentar encontrar al pivote. Sin saber leer ni poder superar el 6-0 capitaneado por un sensacional Mendoza. Sin ideas ni acierto durante todo el partido.

Un encefalograma plano en ataque que le costó caro al Abanca Ademar. 24-20 cayeron los leoneses en su visita al Cuenca, que se sobrepuso a su escasa rotación llevando el choque a su terreno de partido trabado y bajo ritmo de juego, y apoyado en el sensacional ambiente consiguió acabar endosando a los de Rafa Guijosa su tercera derrota de la temporada, todas ellas a domicilio.

La ‘Champions’ vuelve a pasa factura a los leoneses, que mandaron durante gran parte de la primera mitad y de hecho se fueron con una mínima renta al descanso apoyados en un sensacional Biosca, pero se vinieron abajo en la segunda mitad cuando el portero bajó su porcentaje de paradas, llegando sin opciones de remontada a unos últimos 10 minutos en los que la diferencia nunca bajó de los cuatro goles.

El Cuenca se estrelló contra Biosca en la primera mitad, en la que tardó 16 minutos en ponerse por delante Ni Simonet estuvo acertado en la dirección pese a sus tres goles. Ni los laterales que Guijosa iba sacando estaban atinados, no volviendo a sacar de hecho a David tras un rifirrafe en un tiempo muerto. Ni la reaparición de Juanjo Fernández mes y medio después (actuando como lateral zurdo la mayor parte del tiempo)supuso un plus. Ni tampoco la segunda línea, a la que apenas se buscó, pudo ser esta vez la solución. En un lado de la pista nada funcionó y eso fue mortal.

Y eso que la salida atrás hizo que las ventajas fueran leonesas en los primeros compases. Es lo que tiene encajar sólo cuatro goles en los 15 primeros minutos, que aunque falles en ataque el resultado va a seguir siendo positivo.

Sin embargo, con el 5-4 se ponía por primera vez por delante el Cuenca y a los 24 minutos se iban de dos (8-6), obligando a Guijosa a parar el partido cuando a Dutra, que durante todo el partido se jugó un ‘zambombazo’ lejano tras otro con desigual acierto, empezaban a entrarle los balones.

Y parece que la ‘regañina’ surtió efecto, porque con dos goles seguidos de Simonet y uno de Juanjo, el Ademar cerraba la primera parte con un parcial de 0-3 que les hacía irse 10-11 a vestuarios.

Juanjo reapareció, jugando muchos minutos en el lateral derecho. Ni él ni nadie de la primera línea funcionó El resultado era positivo. La igualdad esperada se estaba dando. Pero entonces, en el arranque de la segunda parte, el Ademar se atascó aún más. Seis minutos y medio tardó en marcar su primer gol la escuadra leonesa (un espectacular tanto de Mario), a la que Guijosa tenía que ‘cantar las cuarenta’ con un tiempo muerto muy rápido, a los siete minutos, porque el parcial de salida era de 5-1 y el 14-11 suponía ya la máxima diferencia que nadie hubiera tenido hasta entonces.

De nuevo tras el parón había reacción, llegando a ponerse a uno (15-14) los leoneses. Sin embargo había una cosa clara: con tan pocos goles, un tirón podía ser definitivo. Y lo dio el Cuenca, que mejoró tras sentar a un desacertado Montoro.Así en otro apagón sin ver puerta de los leoneses, esta vez de cinco minutos, los conquenses aprovechaban los ‘trallazos’ de Dutra y el juego con el pivote Doldán para colocar con un nuevo parcial de 5-1 por primera vez los cinco tantos de ventaja (20-15).

Dos parciales de 5-1 en la segunda mitad, uno de salida y otro tras ponerse 17-16, mataron al Ademar Quedaban sólo 10 minutos y el Ademar necesitaba un milagro. Lo buscó con un 5-1 con Jaime de avanzado, con las penetraciones de Rodrigo haciendo más daño del que había hecho nadie de la primera línea hasta el momento... pero con demasiadas pérdidas de balón y Maciel cortando cualquier amague de reacción.

Así transcurrió un tramo final en el que el conjunto leonés nunca bajó la diferencia por debajo de los cuatro goles hasta llegar al 24-20 final.

Tras cuatro triunfos consecutivos en Cuenca, esta vez no aguaban la fiesta del Sargal.
En uno de esos campos donde es factible que ‘pinches’, más en semanas europeas, se cayó. El miércoles en el derbi contra el Valladolid llegará la opción de rehacerse. Ese día sí que no entra en los de ‘posibles fallos’.
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