Cuchillas en el bolsillo

26/01/2021
 Actualizado a 26/01/2021
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Como una cuchilla se nos cayó en el bolsillo y por sorpresa un bichejo feo hace un año. Y en una burbuja de oxígeno sin mascarilla se fue haciendo grande, dilatando los daños en lo que encontraba en ese rincón oscuro quesentenciaba. Pierna y cartera a partes iguales delatan un corte que avanza desde entonces tocando hueso. La infección sigue y la pierna va salvando, pero a la cartera le sobreviene un virus nuevo que se presenta con un «estimada clienta». Es la avaricia bancaria que llega recortando silueta para lucrarse de un miembro agonizante. Se le reconoce desde su bienvenida que prosigue: Le comunicamos nuestra decisión de duplicar las comisiones hasta ahora contratadas. La genialidad de un director de despacho es una auténtica aberración y un atentado contra la solidaridad que hoy se antoja necesaria para librarse del avance de la gangrena. Abrimos un año de dureza extrema en el que solo la cuchilla gana. Sobrevivir no es fácil cuando lo que se duplican son los recortes, pero siempre hay quien echa la caña a río revuelto y pesca. No quedan tan lejos los tiempos en los que los bancos se calzaban una sonrisa abrumadora para ir puerta a puerta vendiendo las inmejorables condiciones de abrir una cartilla con su custodia. Les valía todo. Con cinco mil pesetas ya te regalaban una vajilla o una olla exprés. Ahora, para hablar con los herederos de aquellos embaucadores hoy jubilados hay que hacer cola de dos horas o pedir cita previa. Y sobre todo, acogerse a la súplica para que la entidad no resuelvaelevar el precio de un servicio que nadie concretó en esos términos cuando se bautizaba. Traiciona al recuerdo reflejarse en un espejo de actualidad bancaria, donde la pandemia solo importa para ganar más. Este es su retrato afilado, el del cancerbero que nos lame las heridas para extender la infección. El nuestro, el de decirles que, en los peores momentos, se recuerda el abrazo, pero también la bofetada. Y no se olvida.
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