Cuatro maneras de entender la danza

La Ópera de París acoge este jueves un programa múltiple de ballet contemporáneo con cuatro nombres fundamentales, como son Crystal Pite, Iván Pérez, Hofesh Shechter y James Thierrée

Javier Heras
24/05/2018
 Actualizado a 18/09/2019
Uno de los ballets que se forman parte del espectáculo que se retransmite desde la Ópera de París.
Uno de los ballets que se forman parte del espectáculo que se retransmite desde la Ópera de París.
Cuatro nombres fundamentales de la danza contemporánea se reúnen en un programa múltiple en la ópera de París: la canadiense Crystal Pite, el israelí Hofesh Shechter, el alicantino Iván Pérez y el suizo James Thierrée. Cuatro sensibilidades, cuatro formas de entender el movimiento; todas ellas desde la valentía, la libertad y el humanismo. Sobre el escenario, el grandioso cuerpo de ballet de la compañía y unos decorados que son puro arte conceptual. Podrá verse en directo este jueves a las 19:15 horas en los Cines Van Gogh.

La prensa española estará atenta al debut de Iván Pérez (1983). Discípulo de Alicia Alonso o Nacho Duato y formado como bailarín en el Nederlands Dans Theater (NDT) durante siete años, se ha afincado en Países Bajos. Desde 2011 está volcado en sus ideas coreográficas, que han llegado a la Compañía Nacional de Danza y los ballets de Moscú, Taipei o el Sadler’s Wells. Futuro director artístico del Dance Theater de Heidelberg, da un salto de gigante al presentar en el Palais Garnier ‘The male dancer’. La protagonizan diez bailarines masculinos, con la música minimalista del estonio Arvo Pärt. El cordobés Alejandro Gómez Palomo (Palomo Spain) se encarga del vestuario.

El plato fuerte lo sirve Crystal Pite (Terrace, 1970). Con más de 40 trabajos a sus espaldas, la coreógrafa era sin embargo una desconocida para el público francés. En 2017 estrenó con éxito ‘The Season’s Canon’, a la par que 'Blake Works', de su maestro en el ballet de Francfort, William Forsythe. Al fin llegaba su primer éxito en una casa de ópera centenaria; meses después lo refrendaría en Covent Garden con ‘Flight pattern’.

Pite, que en 2002 fundó su propia compañía (Kidd Pivot), tiene dos formas de trabajar: cuando conoce a los bailarines, experimenta con sus cuerpos individualmente; cuando llega de nuevas -como aquí, o antes en el NDT de La Haya, en Sadler’s Wells o en Montreal-, apuesta por una coreografía coral. 54 miembros integran la futurista ‘The Season’s Canon’, que se repone en París tras alzar el premio Benois de la Danse (algo así como el Oscar del ballet). Los cuerpos se alinean, coordinados al unísono, casi como robots. Hay breves duetos, pero predomina el bloque. Así evoca la fuerza de la naturaleza. Impresionan los efectos visuales, la fluidez de los pasos, el equilibrio entre precisión e improvisación y el uso de la música (aquí las ‘Cuatro estaciones’ de Vivaldi en versión de Max Richter, que fragmenta la estructura e incorpora electrónica).

El programa concluye con Hofesh Shechter. Nacido en Jerusalén en 1975, estudió danza y percusión y se fogueó en la compañía Batsheva. Como batería del grupo de rock The Human Beings, se trasladó a París. De ahí proviene su sentido visceral del ritmo y su gusto por los sonidos fuertes (al público se le suelen entregar tapones para los oídos).

En 2004 se destapó como coreógrafo con el dueto ‘Fragments’, que le abrió las puertas del teatro The Place de Londres. Cuatro años después creó su compañía, que reside en Brighton, si bien siguió colaborando con el Royal Ballet, el NDT, el ballet de Berna… Hoy entra en el repertorio de París con ‘The art of not looking back’, creada expresamente para nueve mujeres, con música de Bach y John Zorn. Una pieza atlética, salvaje, a golpe de impulso. Shechter interviene como contrapeso masculino (y guiño a ‘Uprising’, un ballet anterior creado solo para hombres).

Paralelamente, el polifacético James Thierrée (Lausana, 1974) ha ocupado los pasillos y estancias de la ópera para desarrollar una serie de escenas de ensoñación (‘Frôlons’). Este actor (premio César), músico, bailarín y acróbata ha heredado el dominio corporal de sus padres, creadores del Cirque Bonjour, y de su abuelo, Charles Chaplin.
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