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Cuatro ideas para inversores

31/03/2020
 Actualizado a 31/03/2020
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En esta época tan compleja en la que nos ha tocado vivir me gustaría poner mi granito de arena en un intento de gestionar tanta incertidumbre. Obviamente no tengo la varita mágica y lo que comentaré son reflexiones propias y de personas en las que confío plenamente. Aunque cada inversor es único y vive sus propias circunstancias quizás nos puedan ayudar a todos, al menos, a centrarnos entre tanto ruido.

Lo primero es transmitir tranquilidad: si estamos invertidos con un dinero que en el corto plazo no vamos a necesitar, conforme a nuestro perfil de riesgo, bien diversificados geográfica y sectorialmente y con la mirada puesta en el medio y largo plazo ya tenemos mucho ganado. Estas son las premisas básicas de un inversor tal y como lo entiendo: el «slow finance» que tan buenos resultados ha dado siempre. Entonces, evitemos movimientos bruscos de 0 a 100 que son poco aconsejables. Podemos rebalancear nuestras inversiones, pero poco a poco: tanto para invertir como para desinvertir. Pensar y después, quizás, actuar.

En segundo lugar, se hace necesario estudiar nuestra propia cartera de inversión. Son tantas las noticias negativas que recibimos que podemos llegar a pensar que nuestras inversiones también se hunden. Antes de todo hemos de ser conscientes de lo que tenemos nosotros: quizás comprobemos que no nos ha ido tan mal. Centrarse en lo propio.

Es momento de inversiones útiles, es decir, de hacerlo en empresas que vendan cosas necesarias. En estos momentos de pánico, donde grandes fondos de inversión han apostado a la baja en las bolsas y han saltado miles de «stops de pérdidas» que a su vez han propiciado más la caída, los precios, necesariamente, caen. Pero si son empresas útiles, necesarias como alimentación, consumo, energía, comunicación, contenido de entretenimientos… podemos tener la confianza en que habrá retornos que hagan crecer nuestro patrimonio porque tienen valor, con independencia del precio. Precio y valor son distintos.

Por último, para estar satisfechos en nuestras inversiones y obtener rentabilidades a medio y largo plazo se hace necesaria una buena valoración de las empresas. Al invertir participamos en el desarrollo de una empresa, no compramos o vendemos cromos. Se trataría de invertir poco a poco, como siempre, en empresas que vayan a participar en el crecimiento a largo plazo de la economía y que estén a buen precio.
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