Cuatro cartas al Papa y copia a los obispos para pedir "justicia" por los abusos en La Bañeza

F. L., una de las víctimas reconocidas de Ramos Gordón, escribió una nueva misiva que envió a 54 diócesis. Solo dos han respondido

Cristina Centeno
09/09/2018
 Actualizado a 19/09/2019
Seminario de La Bañeza en el que ocurrieron los hechos denunciados.| L.N.C.
Seminario de La Bañeza en el que ocurrieron los hechos denunciados.| L.N.C.
"Basta de excusas, queremos justicia, una justicia real, con su condena y su reparación". F.L., una de las víctimas reconocidas de abusos sexuales de José Manuel Ramos Gordón en el antiguo seminario de La Bañeza, continúa luchando porque "se nos escuche y se repare lo que nos robaron» con una cuarta carta dirigida al Papa Francisco, del que por el momento no ha obtenido respuesta alguna sobre su caso después de narrar en anteriores misivas los hechos que denuncia y por los que la Diócesis de Astorga apartó de la labor pastoral a Ramos Gordón durante un año, una condena que esta víctima ha calificado de "irrisoria" en diversas ocasiones.

La cuarta carta al Papa por parte de F.L., que en todo este proceso ha preferido mantener su anonimato, fue enviada en febrero de este mismo año y muestra que «me siento indignado por las actuaciones que el Obispado –de Astorga– y la Santa Sede están teniendo conmigo y con el resto de víctimas». Por el momento, medio año después del envío, no tiene respuesta del Vaticano a su carta. Pero además, en su insistencia por llegar al Papa Francisco, F.L. envió una copia de su carta a todas las diócesis de España –a excepción de la Astorga, a la que pertenecía el centro en el que fue víctima de abusos junto a su hermano, hoy fallecido– aunque la respuesta tampoco ha sido la que el desearía.

La víctima vuelve a criticar el "silencio y omisión" y denuncia el "ridículo" castigo a Ramos GordónDesde febrero, mes en el que está fechada la cuarta misiva al Papa, F.L. asegura que únicamente ha recibido dos contestaciones, de las que solo con una se siente reconfortado. La primera de ellas fue la del arzobispo de Barcelona, Juan José Omella Omella, que firma un escrito en el que asegura que "me ha desgarrado el corazón ver el sufrimiento y la indignación que lleva en su corazón por unos hechos que no debieron suceder nunca y que le han producido una gran herida interior" tras leer la carta. "Es un horror lo que usted narra", lamenta Juan José Omella tras leer una carta que se ha comprometido a entregar al Papa en su próximo viaje a Roma. En el texto, asegura desconocer los motivos por los cuales "su Santidad no ha respondido a sus cartas anteriores" pero explica que "probablemente sea porque el caso lo esté estudiando la Congregación de la Fe y el Papa no quiere interferir". Para finalizar, garantiza a la víctima –la que denunció por primera vez el caso Ramos Gordón– que al Papa "le horroriza todo lo que ha sucedido en el mundo entero con el tema de los abusos" y le pide que «no deje de confiar en que toda esa inmundicia se irá limpiando y purificando poco a poco con la ayuda del Señor". Esta respuesta es la única con la que el exseminarista se siente reconfortado y, en una nueva misiva a Omella, F.L. asegura que "en todos estos años de tristeza, de sentirme ignorado y abandonado, siento que es la primera vez con la llegada de su carta donde mi corazón herido y humillado ha sentido esperanza".

Además de la carta del arzobispo de Barcelona, la víctima recibió un escrito firmado por el cardenal Ricardo Blázquez, arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, en el que agradece a la víctima "haberme informado de ello" y asegura que "pude seguir el programa-entrevista en televisión y comprobé el dolor que ha pasado y que aún padece". Cabe recordar que F.L. protagonizó el testimonio del programa Salvados de La Sexta sobre casos de pederastia en la Iglesia, en el que narró con crudeza al periodista Jordi Évole los abusos que sufrieron tanto él como su hermano cuando tenían 14 años.

En la carta, en la que también hace extensible la denuncia "a los que supieron y callaron", la víctima se pregunta «qué hubiese sido de mi vida sin este horrible pasado" al que se refiere como "el infierno" y lamenta que "el mismo silencio, omisión y ocultación continúan", volviendo a criticar "el ridículo e insultante castigo» impuesto a Ramos Gordón desde la Diócesis de Astorga, tras el que el que el caso salió a la luz y el párroco pidió la jubilación, según la información publicada por La Opinión de Zamora. Por ello, concluye su carta con la súplica al Papa de que "escuche mi clamor de justicia" porque "es hora de ver que realmente la iglesia está dispuesta a aceptar sus crímenes, condenarlos y reparar los atroces actos".

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