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Cuadra cuadrafónica

07/02/2021
 Actualizado a 07/02/2021
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Cuando la Orquesta de Percusiones del maestro Agapito Toral vino al pueblo, que la trajeron los de la semanacultural, al principio parece que no llamaba mucho la atención por el nombre pero en cuantas que se corrió la voz de que estaban bajando de la furgoneta tambores y palillos como para parar untren pues oye, que entró la gurisma. Ya decía Mael «seguro que tocan El sitio de Zaragoza», que se la pedía a todos los que iban y llevaba unos disgustos terribles con los violinistas y pianistas y gentes de istas. «Pero, ¿estos qué estudianen la carrera?».

Fue concurrida la cosa. Tuvo muy buena crítica, es decir, había mucha gente con la boca abierta, y además al acabar se le acercó Jesusón al maestro Toral y le dijo: «Vaya cosa ésta. Y yo que creí que la percusión me traía sin cuidado». Y el maestro quedó estusiasmado.

Es que donde sabemos de música.

Ya pasó algo parecido cuando después de no sé cuántos años con Los Escosquis y El Dúo Cato —que unos años eran tres y otros cuatro, depende de las perras—para las patronalesllegó una orquesta de esas que tienen nombre extranjero y carteles en los que debajo del nombre ponía en grande: sonido cuadrafónico.

¡Ustia! Sonido cuadrafónico.

El caso es que los paisanos acababan la partida e iban todos a mirar el cartel en la pared. Cierto que ayudaba que había unas rapazas con unas minifaldas como no se habían visto nunca en el pasacalles de Tabanedo, pero para salir de la sospecha de ir a ver a las rapazas cuando volvían a la mesa mascullaban ‘sonido cuadrafónico’.

Nada más que empezó la verbena ya estaba el personal atento. La verdad es que «ruido meten de cojones» decían ya en las pruebas de sonido y miraban más para los altavoces que para ellos esperando descubrir la magia de la cuadrafonía.

Pasó la cosa con cierta polémica. El cura decía que las rapazas se podían tapar algo más, el paisanaje que no hacía falta, el mujerío que tenían menos carne que las cabras de Pirolo... en fin, pero no habían descubierto el sonido cuadrafónico; hasta que llegó Angelillo, que no había ido al baile y se lo explicó: «Pues que tocaban en el atrio y yo lo escuchaba perfectamente enla cuadra, mientras ordeñaba».

Sonido y cuadra cuadrafónicos.
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