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Crónica de una muerte anunciada

17/05/2023
 Actualizado a 17/05/2023
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Se acabó nuestro sueño en Segunda División. La realidad es que desde hace varias semanas o incluso meses ya sabíamos cuál iba a ser el final de todo esto. Se consagra un descenso que desde la salida de Bolo muchos ya veían al principio de temporada. Aún así, con ese miedo, yo confiaba en la plantilla y en el proyecto. Pero todo se cayó. Fui uno de esos aficionados que creyó hasta el final, pero desde los partidos de Mirandés en casa y el viaje a Lugo perdí la fe. Desde esas semanas estábamos agonizando en la orilla y nos agarrábamos a un hilo casi roto, pero peores cosas se han visto en este deporte. Si una cosa tiene este club es la afición y no rendirse hasta el final. Por ello, el día del Burgos muchos, y me incluyo, empezamos a creer. ¿Por qué no? Ha sido un año difícil con derrotas o empates muy duros y con los árbitros en contra, pero no es excusa. La verdad es que desde el verano las cosas no olían bien. Fichajes raros y sin experiencia en el fútbol profesional, ‘amiguitos’ de Gomes que han resultado un desastre y una pretemporada en la que el Deportivo te mete 7. Ahí empecé a notar el miedo en el cuerpo. Era sólo un partido y en pretemporada, sí, pero ahora todo encaja. El resumen son tres entrenadores como en la 15/16 y el final es exactamente el mismo, volver al pozo. No sé si los culpables son los jugadores que no han estado al nivel del año pasado o la directiva por dar la sensación de no querer quedarse en Segunda. De Gomes a Juanfran pasando por Gallego. Sinceramente, Gallego y Juanfran se encontraron con una plantilla que no daba el nivel e hicieron lo que pudieron, sobre todo Juanfran que le dieron un paciente sin casi latido. Pero Gomes y la directiva heredaron un proyecto que lloró por no conseguir el play-off y nos han mandado a 1ªRFEF. Sólo pido que Yuri no se despida así, no se lo merece. Nadie ha estado a la altura. Bueno, sí, la afición. Hemos recibido muchas críticas y somos los que siempre vamos a ocupar un sitio en El Toralín. La realidad es un descenso, pero la mitad de la plantilla se irá y sólo quedaremos los de siempre, los que estamos pagando y apoyando cada fin de semana. Porque la Sociedad Deportiva Ponferradina somos nosotros.
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