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Cristóbal Halffter

07/12/2016
 Actualizado a 18/09/2019
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Cristóbal Halffter lleva toda su vida ligado a la música. Y, tanto por su condición de compositor –es uno de los máximos exponentes de la Generación del 51–, como por la de director de orquesta, este paisano nuestro –nacido en Madrid hace 86 años, pero afincado en Villafranca del Bierzo desde hace décadas– ha recibido un buen número de reconocimientos, incluido el nombramiento de hijo adoptivo del Bierzo el verano pasado.

Mira que me gusta a mí Villafranca, en pleno Camino de Santiago, entre los ríos Burbia y Valcarce, que fue marquesado y capital de la efímera provincia berciana, y que vio nacer a Gil y Carrasco, Martín Sarmiento o Antonio Pereira entre otros personajes ilustres. Creo que ya te lo he dicho, pero no me cansaré de repetir que da gusto ‘perderse’ por sus calles y encontrarse, casi sin querer –pongamos por caso– con la antigua Colegiata, la iglesia de San Nicolás o el castillo.

Precisamente en el castillo, que es también palacio, es donde vive Halffter con su esposa, la pianista villafranquina María Manuela Caro –con quien se casó hace 60 años–, que lo heredó en 1967 tras fallecer su padre, el conde de Peña-Ramiro. No es visitable pero, hace un tiempo, tuve el privilegio –gracias a Josefina y a su gente– de conocerlo de primera mano con sus propietarios como cicerones. Inolvidable…

Allí tuve la ocasión de charlar un ratín con Cristóbal Halffter, un hombre cercano y afable. Y la verdad es que desde entonces no había vuelto a saber de él –al margen de las noticias en el periódico, claro– hasta que, hace algo menos de un mes, el Museo Liceo Egipcio anunciaba su presencia en la inauguración de una exposición sobre su vida. Así que aproveché para volver a saludarle y, de paso, para que me firmara una foto que me había sacado con él en Villafranca.

Merece la pena conocer la trayectoria de Halffter, por lo que, si aún no la has visto, pásate por el Palacio de Gaviria –en pleno corazón de la capital leonesa–, que hasta el domingo tienes tiempo. Y, ya que estás, aprovecha para visitar también el museo, y ya verás lo fascinante que resulta el mundo egipcio. Pero sobre eso ya hablaremos en otra ocasión…
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